No pudieron dormir bien los locatarios cerca del puerto, tras una ola de robos entre enero y febrero. Todos los días alguien sufre pérdidas económicas por la falta de vigilancia nocturna, alegan.
El recinto cuenta con su propio guardia de seguridad, el cual trabaja desde las 22 horas hasta las 7am. Posterior a la partida del hombre, el sector queda desprotegido, quedando a merced el sitio para tipos amigos de lo ajeno.
Ha sido toda una odisea poder ofrecer y vender sus productos a turistas y vecinos, que prefieren las artesanías.
Cuentan que los trabajadores llegan más tarde debido a que la clientela comienza a arribar a la zona a partir de las 10 am.
Silvia Chiza es comerciante y dice estar triste. Fue una de las últimas víctimas, pues este jueves forzaron una de las ventanas de su local, sustrayendo especies y efectivo aproximado de 200 mil pesos.
Ondina Vázquez, presidente de uno de los sindicatos que existe la Feria Artesanal de Puerto de Coquimbo, también ha vivido esta desagradable situación. Y es que en temporada estival es donde más venden, pero salieron para atrás, reflexiona.
«Pasamos diez meses esperando el verano y vienen a hacernos ese daño»,comentó.
Fresia Yañez vendedora de la feria artesanal, de 61 años de edad, quien lleva varios años trabajando en el sector. A principios del verano sufrió el brutal robo de su puesto artesanal. Le abrieron cuando no había nadie, instancia donde delincuentes hurtaron y destrozaron todo lo que pudieron. La dejaron con lo puesto y pérdidas totales a esta coquimbana.
Promete que le significó un perjuicio de más de 600 mil pesos, casi un sueldo. «Pareciera que se ensañaron contra mí. «Ese día cuando llegué y vi mi puesto destruido, se me dio vuelta el mundo», dice la vendedora.
La mercadería que le fue robada la había sacado en cuotas, aún está terminado de pagarla. Lamentablemente su caso fue archivado por no tener pruebas de los presuntos culpables.
Ondina Vázquez, es otra comerciante y se refiere a este problema de seguridad que los aqueja.
«Le hicimos un llamado al delegado presidencial para que nos ayudara con el tema de seguridad, pero no quedó en nada. Queda la sensación de que estamos en abandono porque no hay seguridad, siendo uno de los lugares más turísticos de Coquimbo, no se entiende», reclama la comerciante porteña.