Característico de las carpas «pampilleras» es que a la par del pabellón patrio, las banderas del club Coquimbo Unido,( a veces taqmbien de otros clubes) son enarboladas con orgullo, tradición que para Carlos Campos es debido al cariño que el porteño siente por los aurinegros, aunque este alejado de la ciudad puerto como en su caso al residir en la región de Valparaíso.
«Venimos a La Pampilla como hace 20 años, yo vivo ahora en San Antonio pero de allá nos venimos a celebrar acá y resulta que por el viento fuerte del lunes, la bandera chilena se cayó del mástil que se quebró pero trajimos un fierro en que pusimos la bandera de Coquimbo Unido, que no cae por ningún motivo por eso compramos, expresamente ese fierro para tener a Coquimbito en lo alto» (risas).
El resto de su familia sigue radicada en la comuna y que los acompañan los integrantes de las familias Pinto y Contreras, formando un gran grupo que ocupan sus respectivas carpas «amobladas», contado hasta con baño propio, confidenciando que las mujeres son las encargadas de ir a comprar y que los hombres hacen el asado, «nosotros cooperamos con orden, las señoras fueron a comprar para las ensaladas y nosotros cooperamos con el asado de cabrito y trajimos de todo desde el baño hasta living comedor, nos faltó el puro cable para la tele», (risas).
Si bien solo viene por el día, Julia Palma, de Sindempart, quien es acompañada de sus parientes y una amiga que preparaba «churrascas», manifestó que ya es una costumbre muy arraigada realizar un almuerzo en las laderas. Además entregó su secreto para cocinar un buen asado, el que dice relación con la parrilla, «hay que tener un carbón bueno de espino, no puede ser cualquiera y hay que encenderlo bien que quede blanco total para recién tirar al carne, eso es todo aunque el cocinero debe tener buena mano también», (risas).
Sumando un verdadero familión de 80 perso- nas, incluyendo invitados «de última hora», Héctor González, está a cargo de su fonda propia en el terreno de sus carpas llamada «Doña Chira», en honor a su madre quien fue una entusiasta campista de La Pampilla. «Asistimos para compartir juntos, para bailar cueca, comer un rico asado y con los niños hacemos juegos tradicionales con premios, nosotros somos de la Villa Dominante de Coquimbo, ponga eso clarito en el diario, y esta fonda se llama Doña Chira, por mi mamá que tiene 97 años y yo aprendí con ella venir a La Pampilla y la tradición sigue con los mas chicos de la familia».
Algo poco visto en el recinto «pampillero», era la preocupa ración asado al palo tal y como lo estaba haciendo el patriarca de los González quien dijo que la carne con ese conocimiento queda tierna y jugosa, un verdadero manjar.
«Acá no todos tenemos la misa idea, algunos les gusta la carne a la parrilla y a mi el cordero al palo, que queda mas sabroso, pero es demoroso eso sí, hay que darle unas seis horas o mas de cocción, peor el sabor es muy rico, lo recomiendo pero con un vinito para que pase», (risas).
Muy buen reportaje…. sobre todo la entrevista al “Patriarca de la familia González”