Los telescopios de Gemini, en Chile y Estados Unidos, fueron capaces de capturar el resplandor de una breve explosión de rayos gama en cuestión de horas.
Gracias al rápido seguimiento del resplandor posterior de uno de las Breves Explosiones de Rayos Gamma (SRGB por sus siglas en inglés) más distante que se haya detectado, los astrónomos han puesto en duda las teorías sobre el origen de estos estallidos cósmicos.
Las observaciones realizadas por Gemini, un programa de Observatorio AURA y NOIRLab de NSF, confirmaron la distancia de la explosión, situándola en una época cuando el Universo estaba en sus “años de adolescencia” y formaba estrellas rápidamente.
Se cree que la explosión es el resultado de la fusión de dos estrellas de neutrones, pero la aparición de este evento en una época tan temprana del Universo podría alterar las teorías sobre su verdadero origen, especialmente, por el tiempo que tardan dos estrellas de neutrones en fusionarse para producir estas poderosas explosiones.
Es muy extraño detectar SGRB con exactitud, ya que generalmente sólo se descubren entre 7 y 8 por año, y este es el SGRB más distante que se haya detectado con precisión.
Los investigadores utilizaron el telescopio de Gemini Norte de 8,1 metros para medir el resplandor óptico de una de las Breves Explosiones de Rayos Gamma (SGRB en inglés) más distantes jamás estudiadas. Los SGRB son eventos cataclísmicos cuyas propiedades básicas no se conocen a cabalidad, aunque se cree que las enormes cantidades de energía que emiten en apenas un segundo [1] son el resultado de la fusión de dos estrellas de neutrones.
Las observaciones de Gemini de este nuevo y distante SGRB, sugieren que este proceso podría ocurrir sorprendentemente rápido en algunos sistemas de estrellas binarias masivas que sobreviven a las explosiones de supernovas, para convertirse en estrellas de neutrones binarias, que luego de una danza cósmica en espiral de menos de mil millones de años, terminan fusionándose y produciendo un SGRB. La investigación se publicará en The Astrophysical Journal Letters.
El objeto, llamado GRB181123B porque fue el segundo estallido descubierto en 2018, específicamente el 23 de noviembre, fue inicialmente detectado por el Observatorio Neil Gehrels Swift de la NASA, el que avisó a los observatorios de todo todo el mundo que una explosión inmensa estaba ocurriendo. De inmediato varios telescopios apuntaron al cielo para observar el evento, y en cuestión de horas un equipo de la Universidad de Northwestern, registró el resplandor de la explosión usando el instrumento Espectrógrafo Multi-Objeto de Gemini (GMOS por sus siglas en inglés), que está instalado en el telescopio de Gemini Norte en Mauna Kea, Hawaii.
“Tomamos ventaja de la capacidades de respuesta únicas y la exquisita sensibilidad de Gemini Norte y su cámara GMOS para obtener observaciones profundas del estallido apenas horas después de su descubrimiento”, señaló Kerry Paterson del Centro Interdisciplinario de Exploración e Investigación en Astrofísica (CIERA) de la Universidad de Northwestern, EEUU, quien lideró el equipo de investigación. “Las imágenes de Gemini eran muy nítidas, y nos permitió precisar la ubicación de una galaxia específica”, agregó.
“Este es un maravilloso ejemplo de astronomía de dominio del tiempo, involucrando seguimientos eficientes de un evento que está desarrollándose rápidamente”, comentó Hans Krimm de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NSF). “La rápida respuesta de Gemini fue esencial para detectar este evento en forma oportuna, y los datos obtenidos de las observaciones óptica e infrarroja agregan emoción a esta astronomía de mensajeros múltiples, donde las observaciones de luz, ondas gravitacionales, neutrinos y rayos cósmicos se unen para entregar una cautivante historia”, concluyó Krimm.
Además de las observaciones de Gemini, el equipo hizo observaciones de seguimiento usando el telescopio W. M. Keck en Hawaii y el telescopio Multi Espejo (MMT por sus siglas en inglés), ubicado en el Observatorio Fred Lawrence Whipple en Arizona. Los investigadores luego utilizaron la cámara infrarroja y espectrógrafo FLAMINGOS-2 del telescopio Gemini Sur, en Chile, para obtener el espectro de la galaxia anfitriona y determinar la distancia del Breve Estallido de Rayos Gama (SRGB por sus siglas en inglés).