Luego que se confirmara la presencia de la influenza aviar en regiones del norte, incluyendo Coquimbo, el organismo trabaja para evitar que el virus se traspase a aves de traspatio o plantas industriales. Hoy el país se encuentra en la primera etapa, «y es ahí donde queremos que se mantenga», avisa la directora nacional del Servicio Agrícola Ganadero, Daniela Collao.
El 28 de diciembre fue declarada la presencia de influenza aviar altamente patógena en la región de Coquimbo, con dos casos detectados de pelícanos positivos en la Avenida del Mar y en Guanaqueros.
Un evento nunca antes visto, asegura Daniela Collao, directora nacional (s) del Servicio Agrícola Ganadero (SAG). Porque hace años el país tuvo cerca de cuatro episodios, todos de baja patogenicidad, «los que habían afectado a ciertos planteles, pero se aplicaba la medida y la enfermedad dejaba de existir. Sin embargo, hoy al ser aves silvestres migratorias es imposible controlarla», explica a LA REGION.
Sin perjuicio de que hoy a nivel nacional esté declarada como emergencia, ya existe en Coquimbo, región que se suma a otras del norte del país. «La influenza aviar está presente en aves silvestres acuáticas producto de las migraciones, aves que vienen desde el hemisferio norte, y por eso se ha desencadenado geográficamente primero en Arica, Iquique, Antofagasta, Atacama y ahora Coquimbo», aclara.
Como SAG se encuentran en la vigilancia, control y detección precoz, «porque en la medida que podamos determinar el animal, vamos a poder controlar la zona. Esto tiene que ver con una disimilitud respecto al covid, si es que se tiende a mezclar, pero la diferencia es que nos encargamos de determinar la especie, que en este caso sería el pelícano, y la zona geográfica. Y no es que tengamos que muestrear a cada ave, sino que se establece un perímetro y se comienzan a aplicar las medidas, que es controlar la enfermedad cortando la circulación viral».
La influenza aviar es una zoonosis y si bien existe escasa literatura en transmisión a humanos, advierte que «es baja la posibilidad de contagio, ya que se ha detectado en planteles industriales alrededor de ocho casos, pero hace mucho tiempo en Estados Unidos. Y fue básicamente porque las personas trabajan permanentemente y tienen un nivel de contacto grande con las especies afectadas. Hoy eso no opera, pero no quiere decir que exista el riesgo y por eso estamos trabajando con Salud, también con Onemi».
Evitar otras etapas
Enseña la directora nacional que hoy el país se encuentra en la etapa primera, «y que es donde queremos que se mantenga», que es en aves silvestres, entendiendo que «otras etapas podrían ser traspatio y una tercera en los planteles industriales».
Respecto a los riesgos que podría haber si es que el virus se traspasa a aves de traspatio o plantas industriales, comentó que «al ser una enfermedad altamente patógena, y si es en caso de traspatio, las aves de corral deben ser eliminadas por una instrucción sanitaria, porque la circulación viral es grande y todo el traspatio se vería afectado, lo que conllevaría a una pérdida para las personas, dependiendo del tipo de negocio que se tenga. De igual manera puede afectar la producción y los mercados. Pero hoy no estamos en esa situación y estamos haciendo lo posible, con la coordinación de los servicios, para prevenir, contener, controlar y evitar que se produzcan la segunda y tercera etapas».