El hoy candidato a core por la Provincia de Elqui, abogado Boris Muñoz, fue enviado por el Partido Ecologista para trabajar en la segunda vuelta con Krist y derrotar a Marco Antonio Sulantay, algo que finalmente ocurrió. Sin embargo, quien fue su asesor jurídico, y que también se fue porque la ex Gobernadora lo quiso remover del cargo, remarca que desde que era candidata tuvo esa personalidad obsesiva, extraña, y la costumbre de no hacerle caso a nadie.
Cuando una desconocida candidata a Gobernadora Regional, Krist Naranjo, dio el batacazo en la primera vuelta de las elecciones de mayo del 2021, imponiéndose ante los estandartes de los partidos grandes, Marco Antonio Sulantay (UDI) y Ricardo Cifuentes (DC), estaba prácticamente sola. Había llegado a ser candidata apoyada por el Partido Ecologista a nivel regional, pero con muy pocos recursos, y su campaña se llevó a cabo casi en su totalidad por redes sociales, donde sí era un nombre potente, lo que sumado al voto de castigo ciudadano a los grandes conglomerados, la llevaron a un lugar donde nunca pensó estar.
Refuerzos
Fue la sorpresa a nivel nacional y desde luego que le enviaron refuerzos para salir electa, lo que finalmente consiguió, derrotando a Sulantay. Entre esos profesionales que llegaron a trabajar con ella para la campaña definitiva, estaba Boris Muñoz, abogado, militante del Partido Ecologista de Chile, hoy candidato a core por Elqui, quien la asesoró, pero que se dio cuenta desde un principio que «no estaban frente una personalidad cualquiera».
Muñoz, hoy asesorando a comunidades en conflictos medioambientales e intentando llegar al consejo regional para plasmarle un sentido de ecologismo puro y desarrollo sustentable, ha seguido de cerca los pasos de Naranjo, pese a que él tampoco pudo congeniar demasiado tiempo con ella. No le extraña el hecho de que no se resigne a su destitución.
«Creo que hay personas que no se conforman con la derrota y siguen intentando resistir un inminente derrumbe, este es el caso», sostiene el abogado, a quien, eso sí, no le cabe duda que los abogados de Naranjo, mandatados por ella, están buscando cualquier tipo de resquicio legal para al menos demorar la salida. «Podrían hacer algo en el ámbito de la constitucionalidad, pero en el sentido de la sentencia del TRICEL, no aparece la oportunidad de apelar».
¿Persistente u obsesiva?
Conociendo a Naranjo desde antes que llegara al poder, Muñoz afirma que no se detendrá en sus intentos por volver, aunque no tenga chance. «Ella siempre persistente, con ese carácter un poco obsesivo. No te quepa duda de que va ir al TC, a la Corte de Apelaciones y donde tenga que ir. Su persistencia raya con lo extraño, desde que yo la conozco y no creo que haya cambiado en ese sentido», remarca el abogado.
El punto de inflexión
Haciendo memoria, Boris recuerda que ya desde la campaña todos los que estaban alrededor de Naranjo se dieron cuenta de que su personalidad era compleja, pero tenían la esperanza que se debiera al estrés por el que estaba pasando debido a que se venían las elecciones. Sin embargo, cuando ganó, desde el día uno, dice Muñoz, se dio cuenta de que no cambiaría, al contrario. «Cuando llegamos al Gobierno regional, ya me percato de la manera de trabajar de Krist.
No teníamos administrador regional, tampoco había jefe de gabinete, es decir, los cargos que más se le podían acercar a ella en cuanto a poder, no estaban. Ahí uno puede sacar sus conclusiones», cuenta Muñoz.
«Excéntrica e irresponsable»
Si bien en un comienzo las conductas de Naranjo muchos las catalogaban de excentricidades de una persona que no tenía experiencia en el cargo, de un minuto pasaron, ya no de ser sólo excéntricas, sino que irresponsables y autoritarias.
«Uno veía cómo se manejaba con los demás funcionarios y también lo experimenté yo, que fui jefe del departamento jurídico. Creo que estábamos haciendo un buen trabajo, pero cuando se contrata al ex fiscal Carlos Gajardo por el tema del Papaya Gate, ella no lo supo manejar. No supo llevar una buena relación conmigo, ni con Carlos y su equipo, y los problemas que veníamos teniendo se agudizaron. En ese momento yo decido retirarme, porque ella en su momento también decide removerme de mi cargo, lo que significaba degradarme», relata el abogado.
SIEMPRE PASABA EL LÍMITE
Muchos podrían pensar que el poder la corrompió, pero su ex asesor señala que siempre tuvo estas conductas extrañas. «Nosotros intentábamos manejarla y que se moviera dentro de la legalidad, pero llega un momento en el que no se le pudo sostener más. Cuando yo me fui, ya vislumbraba que la situación para ella era compleja y que se venía una caída libre, y así fue», remarca.
Respecto a cómo vio su caída desde lejos, asegura que veía «poca inteligencia» en el actuar de la ex Gobernadora. «Uno veía que se le acusaba de esto o de lo otro, y me pasaba que sentía que las decisiones se tomaban de una manera totalmente improvisada. Pero el personalismo y el individualismo que ella empezó a marcar, no sólo eran parte de su estilo, sino que de su personalidad, que imprimió en las conductas de Gobierno y que la llevaron a mostrase de una manera desvergonzada frente a su equipo, sin hacerle caso a los profesionales», finalizó el candidato a core por Elqui.
