Hogar de Cristo prepara cierre de Programa de Residencia que tiene 27 años de historia

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El Hogar Femenino de protección para la infancia vulnerada, Rimanakuy, está próxima a su término. El viernes 7 de marzo finalizará su proyecto. Actualmente, atendían a 12 niñas, jóvenes y adolescentes que están bajo el sistema de protección del Estado -hasta los 18 años- por graves vulneraciones a sus derechos.

El proceso de cierre involucra la reubicación de los menores tutelados por la institución del Hogar de Cristo, el administrador de este programa. Sin embargo, tanto el Hogar como el Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia (SPE) aseguran que dirigen sus esfuerzos para dar continuidad a la atención que estos necesitan.
En el recinto contaban con la colaboración de veinte funcionarios, entre los que se encontraban un psicólogo, una trabajadora social, una terapeuta ocupacional, una manipuladora de alimentos, una auxiliar de aseo y monitoras de trato directo. Estos trabajadores desempeñan funciones en el diario vivir de las niñas como educación, salud y las atenciones propias de un hogar, las cuales cesarán el siguiente mes de marzo.
Entre los motivos del cierre, según señalan desde la institución, en su estudio «Ser niña en una residencia de protección» de 2021, constataron que la atención a estas niñas requería de una especialización mayor debido al alto nivel de complejidad que manifiestan. Con el cierre de la residencia buscan reforzar y mejorar la ejecución de otros programas.

La jefa de operación social del Hogar de Cristo en Coquimbo, María Teresa Moreno, relata que el estudio «reveló la urgente necesidad de considerar la dimensión de género en el cuidado y reparación de los traumas que cargan y que la política pública no contempla para este tipo de residencias».
Además, señala que las redes de asistencia, en los distintos niveles de atención, vinculados principalmente a salud mental, «también adolecen de este enfoque y de la rápida respuesta que se necesita para atenderlas. Hemos señalado en distintas oportunidades que sin este apoyo es difícil entregar una atención integral».

Destacar que ha sido un proceso de cierre ordenado y limpio en el que el equipo ha puesto «todo su empeño y esfuerzos en revincular a la mayor parte de las niñas con sus familias u otros programas de la red. Para ello hemos tenido la colaboración de los tribunales de familia, de los voluntarios y de otros programas intervinientes, por lo que estamos muy agradecidos y satisfechos con el resultado», indicó.

Mayor urgencia, mejor ayuda

El estudio «Ser niña en una residencia de protección» revela que las mujeres también son más vulnerables a situaciones de violencia intrafamiliar en comparación con los hombres, con casi un 80% del total de casos a nivel país en 2020 (90.087 casos, en contraste con los 23.326 casos registrados en los hombres) y además la sufren en todas las etapas de su ciclo vital. Por lo que, ciertamente, como señalan desde Hogar de Cristo, las mujeres están más expuestas a situaciones que vulneran sus derechos, por lo que fortalecer los programas y las políticas públicas, tanto preventivas como los distintos programas del SPE, es un imperativo para mejorar la vida de miles de niñas, adolescentes y jóvenes en todo el país.

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