Ayer viernes muy temprano, un grupo de huasos (damas y varones) partió desde la plaza de Peralillo, por el camino alternativo hasta el puente fiscal de Vicuña e ingresando al antiguo camino de tierra que unía esta capital elquina con La Serena, para seguir en demanda de Andacollo.
En el sector San Carlos, cerca del mediodía, tomaron el camino que conduce hasta el Observatorio Cerro Tololo, para desviarse a medio camino e ingresar a una zona de cerros y quebradas. Anoche comieron un rico asado, descansaron y durmieron en una aguada denominada Las Mollacas, y hoy temprano siguieron rumbo hasta Andacollo. Apenas lleguen hoy sábado a Andacollo, acudirán hasta la Virgen del Rosario para saludarla y darle gracias por los favores concedidos y por el nuevo viaje desde el Valle de Elqui. El día domingo participarán de la «Fiesta Chica» y luego retornarán en vehículos hasta Peralillo.
Pertenecen a los clubes de huasos «Edmundo Vidal Cárdenas», de Peralillo, y «Campesino», de Lourdes. Quien encabeza este peregrinaje a caballo es don Erasmo Alcayaga Mena, alias «el chino manzana», quien a los 59 años es el jefe del viaje y es el patrón de una empresa familiar que realiza ascensos a las altas cumbres del valle para instalar antenas y efectuar exploraciones mineras.
En otras palabras, don Erasmo es un experto en cerros y montañas, las cuales conoce como las palmas de sus manos. «Cuando tenía 8 años hice mi primer viaje con mis padres, mis tíos y mis abuelos Enrique Alcayaga y Efigenia Carmona, quienes en ese tiempo tenían harta edad y empezaron a peregrinar también con sus abuelos. El viaje duraba 8 días en ese tiempo y era muy cansador, ahora se puede hacer en 12 horas de una sola tirada, pero mejor lo hacemos con una parada en la aguada para que descanse la gente y los animales. Recuerdo que hacíamos una primera parada en El Tambo, y una vez nos pilló la lluvia cerca del Tololo. Esta es una vieja tradición que se ha traspasado de generación en generación y que hoy se mantiene viva gracias al entusiasmo y la fe los estos huasos», expresa don Erasmo.