Mientras artistas se manifestaban afuera de la Catedral, exigiendo la renuncia de la Ministra y pidiendo aumentar el presupuesto de 1% para las artes, la autoridad regional habló fuerte: «Cómo me gustaría verlos pintar nuestras calles (rayadas). Acá el descontento lo tenemos nosotros, pues hay mucha crítica y poca acción»…, señaló Pablo Herman.
La ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, visitó ayer La Serena. En la Catedral vio los avances de la reconstrucción después del sismo de enero del 2019, que la tenía a maltraer tras el terremoto de 2015.
Fuera del templo principal de la capital regional, un grupo menor se personas vinculadas a las artes se manifestó, exigiendo la renuncia de Valdes y reclamando por el bajo presupuesto asignado a estas materias.
En todo el país piden aumentar el presupuesto de cultura a un 1% para el próximo año, algo que hasta el momento parece imposible, después que se anunciara una reducción para las diversas entidades artísticas y culturales, pese a que actualmente cuentan con un presupuesto de un 0,4% total.
LO QUE PIDEN
«Queremos hacer sentir nuestro dolor e impotencia producto de la precariedad en la que hemos tenido que trabajar siempre, pero ahora agudizada por la pandemia, y claramente después de los dichos de la ministra lo único que se logra es apagar el fuego con bencina, ya que estamos golpeados y las palabras de la ministra, aludiendo que si se puede invertir en cultura es dinero que se les está quitando a los demás, nos resulta insostenible, incomprensible y eso hace evidenciar claramente la mirada que tiene este gobierno en relación al ámbito del arte y la cultura», dijo Marcelo Saavedra, presidente del Sindicato de actores de Chile, filial Coquimbo.
Dentro de la Catedral, el intendente Pablo Herman, flanqueado por el Arzobispo René Rebolledo y la presidenta del CORE, Adriana Peñafiel, daban la bienvenida a la ministra Valdés.
Pero sus expresiones no fueron solo de sonrisas. Muy por el contrario. Herman dijo estar molesto por la manifestación que se realizaba metros más allá, en la calle.
A modo de responderles, señaló que «se invirtieron 300 millones en el Faro Monumental, 200 millones en esta iglesia, 1.200 millones en la iglesia de Guayacán. Para qué hablar de toda la ruta Gabriela Mistral, donde hay inversiones grandes, lo mismo que la Casa de Las Compañías. También levantamos un proyecto de 300 millones para pintar todas las estatuas que fueron vandalizadas y estamos adportas de adjudicar y pintar el Museo Gabriel González Videla, precisamente para poner en valor nuestra cultura y patrimonio…»Pero en los megáfonos se escuchaban las palabras descontento una y otra vez.
Para Pablo Herman, «el descontento lo tenemos nosotros, pues mucha crítica y poca acción. Me hubiese gustado escuchar a estas mismas personas que están gritando cuando quisieron quemar la Iglesia San Francisco… Cómo me hubiese gustado estar al día siguiente poniendo en valor nuestro patrimonio, ya que se pone en valor con hechos concretos. Cómo me gustaría verlos pintar nuestras calles (rayadas) y les pasamos brochas y pintura…».
Se fue con un encargo
La visita de la ministra fue para cumplir «un compromiso asumido por el valor que tiene la Catedral, por su significado…», señaló ella.
Sin embargo, no quedó ajena a la manifestación en su contra y señaló que, «nuestro presupuesto ha tenido un crecimiento de un 11,4% respecto de presupuestos de años anteriores, y es el cuarto ministerio que ha crecido más respecto al presupuesto 2021, y eso es tremendamente importante».
Además, añadió que «se han creado fondos especiales por la emergencia, por el coronavirus y también de apoyo en un 60% para regiones. En general representa un 0,4% de presupuesto nacional.
Sí, es una deuda histórica de nuestro país alcanzar el 1% y en eso estamos, para allá vamos, pero son metas de largo aliento. Insisto, es una deuda histórica y también es una deuda histórica la precariedad y la informalidad en que ha trabajado el sector de la cultura en los últimos años, y esos son desafíos que tenemos que enfrentar por el valor que tiene la cultura para la ciudadanía, por el desarrollo personal y también para los artistas, ya que es un sector que ha sido muy dañado, inéditamente dañado, pero en eso estamos…».
Al marcharse, lo hizo con un encargo del arzobispo René Rebolledo. «¿Cuál? En la Catedral hay una colección de bienes que están guardados, porque no tienen un espacio para que el público y los turistas lo conozcan, así que el arzobispo me dijo que ojalá podamos colaborar en poder hacer una suerte de museo o una sala de exhibiciones de estos objetos de carácter religioso, que son de mucho valor histórico y patrimonial que no están disponibles para el público».