El próximo 23 de enero la Democracia Cristiana elegirá a su nueva directiva, la que hasta ahora se encuentra liderada por Carmen Frei.
Tres listas se postularon para competir en los comicios internos, donde la diputada reelecta por el Bío Bío, Joanna Pérez, se enfrentará a Diego Calderón y al alcalde de La Granja, Felipe Delpin.
De gira por la región, «donde he estado realizando algunas grabaciones con el equipo de la lista», la parlamentaria hizo énfasis en la forma en que espera conducir la colectividad estando bajo el Gobierno del Presidente electo Gabriel Boric.
Advierte que es una lista paritaria y, en su mayoría, de regiones, salvo el alcalde de la comuna de San Ramón, Gustavo Toro, y que más que la competencia de los candidatos, «lo importante es aunar propuestas, fraternizar. Soy la única mujer que va encabezando la lista, que es bien completa, paritaria, y la mayoría somos de regiones. Esperamos que nos vaya bien, que nos entreguen un respaldo. En lo personal he desarrollado un trabajo en la militancia y que se ha avalado por lo realizado en el Parlamento».
Que se nos respete
Reconoce que fue un año intenso en elecciones, con siete procesos electorales, «y territorialmente a la Democracia Cristiana le fue muy bien. Tenemos cuatro gobernadores regionales, somos la primera fuerza en alcaldías, y si bien no nos fue como queríamos en parlamentarias y constituyentes, tenemos representación, y hoy lo que se discutirá en un Congreso, donde nadie tiene la mayoría, son muy necesarios los acuerdos y ahí la DC siempre va a colaborar por el bien del país».
La Falange no será parte del conglomerado de Apruebo Dignidad, y el resultado que logró Yasna Provoste, sacando un quinto lugar, no fue nada de bueno, «lo que invita a reflexionar y a preguntarnos porqué la ciudadanía nos situó en ese puesto. Pero hay mucho qué hacer desde el Parlamento, desde los gobiernos regionales, locales, a nivel de país, y recordar que la Democracia Cristiana no está en la UCI. Sí creo que debemos entrar en reflexión, pero estamos presentes en muchas partes del país y somos una bancada muy determinante en el Congreso, por lo tanto seguimos siendo un partido relevante».
Si seguirá o no la línea de Carmen Frei o Fuad Chaín, avisó que el partido ha ido «perdiendo conducción política y se necesita fuerza para sintonizar, por eso hemos puesto a disposición distintos liderazgos, que además les ha ido muy bien. No es fácil ser candidato o candidata, pero queremos gente que llegue a ganarse los espacios, y más allá de estar con uno y otro, lo fundamental es trabajar con la gente, reconectar más allá de los liderazgos, porque este no es un tema de personalismo, sino de proyecto país.
Lo que sí asegura, es que «sería bueno» que la DC sea liderada por una mujer.
«Cuando una mujer ingresa a la política abre más espacios a otras mujeres y tiene una mirada diferente y más transversal para buscar soluciones. Y eso es lo que hemos venido a abordar desde lo social, pero también desde la fuerza, y por eso la convicción, toda vez que la gente quiere personas en política que defiendan sus ideas y que no se claudique a lo que se piensa, que no se viva con complejos. De hecho, el propio presidente electo reconoció el aporte que ha realizado la Democracia Cristiana».
Por lo mismo, le molesta que en los últimos años el partido haya sido «maltratado y ninguneado por exponer nuestras ideas y por no estar de acuerdo en muchos temas. Pero de eso se trata la política: de escucharnos, plantear ideas, pero sin descalificarnos, y queremos que se nos respete, porque nosotros sin duda que vamos a respetar a los movimientos sociales, a los independientes, a los otros partidos…».