El secretario ejecutivo de la Fundacion Cruz del Tercer Milenio está molesto por la decisión adoptada de eliminar todo registro de monseñor Piñera de la plaza ubicada en su interior y dice que tomará acciones legales por injurias y difamación. Lo ratificado en el concejo comunal también generó discrepancias. «Nos estamos convirtiendo en jueces sin ir a los tribunales», señaló la concejala Rosetta Paris
El concejo comunal del miércoles 16 de mayo no fue uno más en Coquimbo. Porque habían puntos a tratar, pero también otros que se sabían. Uno de ellos dice relación con retirar todo objeto del ex Obispo Francisco Cox exhibido en el museo, y el otro cambiar el nombre de Monseñor Bernardino Piñera de una plaza del monumento de la Cruz del Tercer Milenio, por su presunto encubrimiento en los actos de abusos sexuales cometidos por el cuestionado Francisco José Cox cuando era su coadjutor en La Serena, entre los años 1983 y 1990.
Y de eso, dice la concejala Rosetta Paris, «no teníamos idea, pues este tema lo llevó el alcalde, quien tiene la facultad para hacerlo. Yo propuse que le pusiéramos Plaza La Esperanza, algo así, pero acá es súper fácil juzgar cuando no tenemos antecedentes, y no existe un juicio, no hay una sentencia, entonces nos estamos convirtiendo en jueces sin ir a los tribunales. Me puede pasar a mí, a cualquiera y decir, ¡ah, este es un encubridor, un violador!, y al final vamos a terminar en una anarquía, así que de verdad que me desconcerté cuando llevaron este tema al concejo».
EL ALCALDE
En la ocasión, el alcalde Marcelo Pereira confirmó que la plazuela llevará un nuevo nombre. Por ahora, se estudia el de la fallecida Madre Gregoria Cicarelli, fundadora de las Hermanas Franciscanas Misioneras de Jesús y del Hogar Redes, que acoge a niños en riesgo social. Sin embargo, aquello tampoco prosperaría, por la querella que interpuso Edison Gallardo, un ex residente del Hogar Redes, quien acusa de malos tratos a las hermanas gregorianas, en especial «a la religiosa Gregoria, la responsable de las vulneraciones cometidas al interior de la residencia de menores conocida como Hogar Redes, en cuyas instalaciones viví vejámenes inimaginables, y redactados en mi primer libro llamado: «Mi infierno en el Sename». Por tanto, en nombre de cientos de víctimas hago este llamado a recapacitar e ignorar de toda gloria y extirpar todo legado gregoriano de mi tierra…», escribe Gallardo en una carta enviada al alcalde de Coquimbo y a la que tuvo acceso diario La Región.
A juicio de la concejala DC Rosseta Paris, el proponer un nombre y luego otro, porque alguien dijo una cosa y otra, «parece un chiste, y ahora por qué tocaron este tema en el concejo, la verdad que no lo sé. Yo conozco la obra de la Madre Cicarelli, pues fui profesora, trabajé con los niños abandonados, y sabe, acá nadie sanciona a la madre que abandona a su hijo, a la madre que lo golpeó, que violó… Acá a los niños los abandonan como quien bota a un perro y nadie dice nada. Ahora, si me dicen y me traen al concejo un documento que dice: esta es la sanción de un tribunal, muy bien, pero antes no puedo estar juzgando a alguien sin tener alguna prueba. Por lo tanto, voy a dejar escrito en el concejo que no pongan ningún nombre, ninguna calle, ninguna cosa…».
Mientras se busca un nuevo nombre, el que se debería determinar en el próximo concejo comunal, Jorge Hurtado, secretario ejecutivo de la Cruz el Tercer Milenio, y exconcejal de La Serena, dice no entender la determinación adoptada por el alcalde Marcelo Pereira en querer cambiar el nombre de Bernardino Piñera. Por lo mismo, es tajante en manifestar «el más enérgico rechazo a la imprudencia que cometió
el día miércoles en el concejo».
En primer lugar, reconoce que «esa solicitud de retirar los elementos u ornamentos del exarzobispo Francisco José Cox es una determinación que tomó la propia fundación hace bastante tiempo, y así está especificado porque pertenecemos, además, a la Asociación de Museos Internacionales y museos DIBAM. Entonces la primera clarificación que queremos hacer es que esa situación que este miércoles se tomó, de sacar objetos relacionados con Cox, ya se hizo».
Sin embargo, «lo más grave e insólito es que el alcalde, literalmente con la acción de eliminar el nombre de la Plaza Bernardino Piñera, le está diciendo que es un encubridor. Está acusando a monseñor Piñera de encubridor ante hechos de connotación de abuso sexual a menores. En el fondo, la Agrupación Juan XXIII, que permítanme la duda, no sé si está constituida formalmente como una agrupación funcional, le pide al alcalde Pereira que retire el nombre de la plaza y el alcalde dice que lo hará, porque en el fondo no se puede proteger a ninguna persona que está siendo encubridora. En otras palabras, el alcalde de Coquimbo acusa a monseñor Piñera de encubridor, cuando no existe ningún juicio, nadie lo ha acusado por la vía que corresponde, que es la vía de la justicia y no existe un
dictamen judicial que diga ‘este señor es acusado de encubridor’».
Insiste Hurtado, quien trabajó directamente con Bernardino Piñera en temas pastorales, «y que hasta el día de hoy mantengo comunicación con él, pues es mi padrino de confirmación», que lo dictaminado por el edil porteño «es demasiado grave, y me pregunto: si está convencido, porque así lo ha hecho en la práctica, que monseñor Piñera es un encubridor y participe de abusos, bueno, tiene que hacerse parte, de lo contrario se arriesga a un proceso judicial por difamación, y yo en mi calidad de persona natural haré las acciones legales».
Pero esto no termina acá. Pues la relación que el alcalde ha tenido con la Fundación Cruz del Tercer Milenio, según el propio Hurtado, «ha sido una relación poco clara», pero que comienza a deteriorarse aún más el día 28 de marzo, cuando la fundación sostuvo una reunión con el alcalde, con el fin de mantener sus oficinas con su respectiva seguridad según convenio, pero que lamentablemente, asegura Hurtado, «fue allanada por personal municipal el 2 de abril».
Explica que hay dos cartas «que han sido ingresadas por oficina de parte y de la que no hemos recibido respuesta, cartas que por lo demás, vamos a entregar al ministerio público, al fiscal que tiene a cargo la investigación del caso del presunto abuso de Nelson Canuhuante. Hay que recordar que la fundación puso los antecedentes en manos de la fiscalía en este sentido».
Acusa que en la reunión del mes de marzo «se comprometió el alcalde a trabajar estrechamente con la fundación y nos agradeció una serie de cosas que la fundación ha hecho por Coquimbo, como el hospital de campaña y proyectos diversos. Pero al otro día ordena que la oficina que ocupa la fundación sea allanada por funcionarios municipales, y en esa oficina teníamos documentación competente a la fundación, pero también documentación del caso de Nelson Canihuante, que en el fondo derivamos a la fiscalía por el presunto abuso. Y eso es grave, porque la dependencia no es del municipio, no tiene injerencia sobre ella, sino que es patrimonio de la fundación, y él ordena contraviniendo todo lo que habíamos hablado en esa reunión».
Ahora, Hurtado dice no entender qué motivó al alcalde a allanar la oficina, en retirar los materiales, «las cosas que teníamos dentro de la fundación, por lo que esta situación raya en el nivel delincuencial. Acto seguido, le enviamos en la carta que aludo que dé respuesta del porqué lo hizo, pero hasta ahora no hemos recibido una contestación. Y le insistimos en una segunda carta, con fecha 15 de abril, pero todavía nada.
Al pasar los plazos, porque toda entidad pública tiene un plazo de respuesta ante todas las cartas que le llegan, que es estipulado por norma, nosotros vamos a entregar estos antecedentes a la fiscalía, porque en definitiva el hecho de que nos hayan allanado la oficina puede dar para mucho».