El excandidato al Consejo Constitucional por la Región de Coquimbo estima que la redacción de la nueva propuesta constitucional «va camino a otro fracaso» y que sería una mala decisión iniciar de inmediato otro ciclo en medio de un ambiente de polarización que, a su juicio, continuará.
Tras la revisión que ha efectuado la Comisión de Expertos del Consejo Constitucional y las constantes tensiones que se han generado en el pleno de la instancia que está preparando una nueva carta fundamental, existe preocupación de diversos actores políticos que advierten que este proceso podría terminar en un nuevo rechazo por parte de la ciudadanía.
Uno de ellos es el exparlamentario por el Distrito 9 de la Región de Coquimbo, Jorge Insunza Gregorio de Las Heras (PPD), quien además fue candidato al Consejo Constitucional, y aunque obtuvo una buena votación, no logró llegar a esta instancia.
Sin embargo, su experiencia como abogado y su amplia trayectoria política son un aval para analizar un proceso del que no tiene un buen pronóstico y que se definirá en el plebiscito de salida del próximo 17 de diciembre.
¿Cuál es su diagnóstico respecto del trabajo que ha hecho la comisión de Expertos y las ideas que se han planteado de cara a un futuro texto constitucional?
«Lamentablemente, creo que vamos camino a otro fracaso. Porque la hegemonía del Partido Republicano ha terminado ensuciando el trabajo del Consejo Constitucional y eso es lo que ha prevalecido dentro de la derecha. Creo que Chile Vamos, en vez de mantener el espíritu del acuerdo al que llegamos el año pasado, ha terminado cediendo a las propuestas más ideológicas de los republicanos. De esta forma, se está repitiendo la lógica de la convención anterior, con una propuesta constitucional partisana, con normas que no permiten tener una Constitución que sea una auténtica casa de todos. Además, tampoco se está verificando un planteamiento que hizo suyo Evópoli y que es ir a una constitución mínima».
¿Cómo hacerse cargo de las encuestas, que anticiparían un posible rechazo de la ciudadanía de esta propuesta?
«La verdad es que yo he seguido todas las encuestas y de hecho he trabajado en una metodología del promedio, considerando los sesgos que cada estudio pueda tener. Según ese cálculo, alrededor de un 65% de las personas están en contra y sólo un 35% a favor. Además, en el campo de los indecisos y de quienes no tienen una identificación política esa tendencia se tiende a confirmar. A mi juicio, esa curva de las encuestas refleja de que en la ciudadanía existe la percepción de que no se están construyendo acuerdos y que no ha habido voluntad de generar un consenso transversal, con una propuesta que podría incluso generar más división que unidad, porque este proceso de nuevo nos está llevando a la polarización».
¿Cómo evalúa el desempeño del pleno del Consejo Constitucional?
«Creo que se está dando el resultado de la hegemonía de Republicanos sobre Chile Vamos, porque en la Comisión de Expertos se pudo haber estructurado un diálogo mucho mayor y que incluso repusiera el acuerdo que la Comisión de Expertos había adoptado sólo cuatro meses atrás. Incluso esto lo conversé con Verónica Undurraga, que es presidenta de la Comisión de Expertos y uno puede darse cuenta de que Chile Vamos sólo aceptaba votar aquellos puntos en que Republicanos les autorizaba o les advertía que no iban a vetar posteriormente. Así es como se rechazaron muchas propuestas que recogían el espíritu original del anteproyecto inicial. Lamentablemente, Republicanos tiene capacidad de veto».
Jorge, si finalmente esta propuesta es rechazada, ¿cuál debería ser, a su juicio, el paso posterior? ¿un nuevo proceso constituyente?
«Si eso sucede, y pensando en el país, yo creo sería el momento de hacer una pausa. Creo que hay que crear condiciones políticas para facilitar un acuerdo real en torno a la Constitución. Aún recuerdo algo que me dijo una persona cuando yo estaba realizando un puerta a puerta, donde me expresaba su escepticismo en torno al proceso con una interesante reflexión: muchas veces se habla de los casos de Alemania e Italia, pero sus constituciones se hicieron después de la guerra y no en medio del conflicto. Bajo ese punto de vista, creo que ambos procesos constituyentes chilenos se han levantado aún en el marco de una crisis, en una primera etapa donde prevalecieron las visiones más ultras de la izquierda y ahora con una mayor incidencia de los sectores más ultras de la derecha»
