Belén Lagos tiene 22 años y es estudiante de Diseño industrial de la Universidad de Chile. Es dueña de Disebel (Diseños Belén), empresa que fabrica escudos faciales y extensores de mascarillas. Idea que surgió a raíz de la actual pandemia de COVID-19 que afecta al país y el mundo. Durante sus años en la Universidad aprendió sobre la impresión en 3D y con su propia impresora decidió reinventarse en su ciudad natal, Salamanca.
La joven tenía antecedentes de éxito. En septiembre de 2019 ganó el concurso Madera21, organizado por la Corporación Nacional de la Madera (CORMA). En esa oportunidad, junto a sus compañeras, diseñó un casco de protección craneal para ciclistas urbanos. Actualmente se concentra en fabricar, lo que hoy son sus principales productos: extensores y escudos faciales. Una de las características más importantes de los primeros, es disminuir el dolor provocado en la oreja, por el uso prolongado de la mascarilla, un producto pensado especialmente en las personas que deben usarla durante todo el día.
Ejemplo de las mejoras en la calidad de vida de las personas, es la reciente donación de extensores que hizo la joven a Diego. Un niño de 10 años con microtia bilateral congénita, una enfermedad caracterizada por el poco desarrollo del oído externo, lo que impedía al pequeño usar su mascarilla con normalidad. “Vi una noticia que subió Chilevisión y lo primero que note fue de qué manera tenía puesta su mascarilla, inmediatamente pensé en ayudarlo, yo sabía que de verdad para él sería mucho más cómodo tener un extensor de mascarillas y con ayuda del canal pudimos gestionar la ayuda”, explicó la joven.
De esta manera, Belén ofrece escudos faciales útiles, seguros y sobre todo necesarios para resguardar la salud de todos. Además, un servicio exclusivo que ofrecen es personalizar los extensores como el cliente lo prefiera, adaptándolos a sus requerimientos y necesidades. Abarcando también a los niños y niñas como Diego, que a través de la innovación y un diseño eficiente permite concretar trabajos para ellos en distintos colores y formas, fabricando -en palabras de la emprendedora- algo “bonito y que ellos quieran”.
El objetivo principal de Disebel por ahora es fabricar insumos para enfrentar la pandemia, pero en un futuro pretende ampliar sus horizontes. Belén detalló que “entiendo también que esto es un pie para partir y en el futuro generar ideas que irían de la mano del Ecodiseño, la Innovación y abordando áreas propias de la comuna para procesos sustentables y sostenibles”.
El desarrollo de la empresa se refleja en el rápido público que ha ganado en redes sociales, consolidándose día a día como un negocio que trae grandes aportes para la comuna. A través de sus cuentas de Instagram (@Disebel.cl) y Facebook (Disebel – Salamanca) la joven emprendedora ha logrado incorporar las tecnologías digitales para difundir sus productos y abrirse paso en el negocio de la impresión en 3D.