La última vez que Romario Veloz (26) habló con su madre fue a través de las redes sociales. Fue el domingo 20 por la tarde, antes de que comenzara la marcha y la posterior balacera de parte de militares que le quitó la vida, luego de recibir un balazo en el tórax en La Serena, frente al Mall.
«Siempre se le veía feliz, bueno para compartir con los amigos, para hacer asados, y era muy conocido en las redes sociales», cuenta Kelly Cortez, su tía, desde la ciudad de Antofagasta, donde este martes sus amigos y familiares lo despidieron en una emotiva ceremonia fúnebre.
«La misa y funerales se desarrollaron acá, en la ciudad de Antofagasta, porque están todos sus amigos desde chico, del liceo, y la verdad es que hay mucha pena, mucha tristeza por lo que ocurrió, pero la gente se ha portado increíble. Imagínate que se mandaron a confeccionar camisetas y lienzos con su rostro, así que todo fue muy bonito», sostuvo.
Era buen hijo, hermano y padre
La muerte del joven ecuatoriano, de 26 años, que llegó junto a su madre y hermano en el año 2003 a vivir a Chile, aún los tiene consternados. Y también al gobierno ecuatoriano, que una vez enterado de lo acontecido condenó los hechos.
«En Ecuador la prensa ha hablado harto del tema y está obligando al consulado y a Derechos Humanos para que siga en este tema y esto no quede así», señaló Cortez.
En ese sentido, la misión diplomática ecuatoriana condenó la violencia y anunció que hará un «permanente seguimiento a las investigaciones para garantizar que se esclarezcan los hechos que enlutan a la familia ecuatoriana».
Fue hace años que su madre se conoció con un chileno -de vacaciones en Quito-, se enamoraron y casaron. Entonces viajaron a Antofagasta, y hace tres años que viven en La Serena, «en donde Romario era feliz, y siempre se caracterizó por su alegría, por ser extrovertido y amigo de todo el mundo. Era hiphopero y conocido por eso, porque andaba rapeando y participaba en las batallas de gallo, así que era muy conocido en ese mundo», precisa.
Respecto a sus estudios, Romario estaba matriculado en el Inacap, en la carrera de construcción. «Le gustaba mucho el mundo de la construcción, levantar edificios, casas. A eso quería dedicarse y especializarse para darle un buen futuro a su niña. Además de eso estaba terminando unos cursos de soldadura, incluso hace como un mes había terminado uno», relata.
Y agrega: «Era buen hijo, hermano y padre. A su hija, que nació en Antofagasta, la veía siempre, especialmente los fines de semana, y era de esos padres que a veces tomaba el bus y partía nomás junto a su hija de vacaciones…».
Descarta sí cualquier comentario respecto a lo qué estaba haciendo su sobrino justamente ese fatal domingo, en una de las tantas manifestaciones que se han desarrollado en La Serena debido al descontento social de la gente.
«Tenía una situación económica muy buena, porque su padre, la pareja de su mamá, mi hermana, trabaja en La Escondida. Viven en un barrio muy bonito en La Serena, y te lo digo, porque decían que llegó a robar. Mentira, puesto que no tenía necesidad de hacer eso, y menos daño; nunca estuvo detenido y no tenía ningún delito penal, nada».
Nos vamos a querellar
Como familia están esperando que pasen los días, un poco la pena, para comenzar a realizar todos los trámites posibles «y que el culpable o los culpables paguen por lo que hicieron».
En ese sentido, manifestó Cortez que «nos vamos a querellar, y el consulado ecuatoriano ha estado pendiente de nosotros y nos está facilitando toda la asesoría legal. Mientras que mi hermana, debido a su trabajo, también tiene asesoría legal gratis, incluso ya existen tres abogados que quieren tomar el caso, por lo tanto estamos esperando que se calmen un poco las aguas, dado que aún estamos con el dolor encima, y una vez que eso pase estaremos listos para presentar querellas, porque nosotros no queremos plata, sino que justicia, y que se investigue hasta lo máximo, porque esto no puede quedar impune. Mi sobrino salió como todos los chilenos a defender los derechos que todos quieren y que le hayan quitado la vida de esta manera es súper injusto».