Confidenciando que no quiso guardar ninguna fotografía o recuerdo del local y que por cariño a sus clientes no revelería anécdotas o un nombre en particular, Juan García, dueño del recientemente demolido cabaret 1621 de calle Francisco Varela de Coquimbo la «meca» del circuito de antiguos locales nocturnos porteños, accedió a contar a diario LA REGION su historia que arrancó por la década de los años 30 siempre en la misma calle entre Camilo Henríquez y Recreo.
En la actualidad García esta a cargo de su otro negocio, la nueva residencial Mi Casa de calle José Santiago Aldunate, lugar en que recibió a nuestro medio para rememorar a su querido «16» como lo sigue llamando.
«Bueno el 16, comenzó creo que entre los años 30 y 40 a cargo de la señora Anita Escobar, después pasaron los años y esto paso a José Inostroza y después yo pase a hacerme cargo y ahí me quedé por 40 años hasta su cierre el año pasado, en que lo entregué en el mes de julio a la constructora Trébol para su demolición que ocurrió esta semana».
¿Como era su estructura interna?
Era una casa de adobe de dos pisos con algunas partes menores de cemento con cadenas, por eso cuando la máquina entro a la primera sentó todo, y el en el segundo piso había como 30 habitaciones para quienes querían quedarse y teníamos una gran barra una pista de baile con un escenario
¿Que sentimiento lo embarga por el fin del local?
Lo sentí mucho al igual que muchos coquimbanos que lloraron cuando las máquinas comenzaron a botar sus murallas, tengo mucha pena porque ahí comenzamos desde cero y por que en su escenario pasaron grandes artistas y tuvimos a muchas generaciones de clientes muy queridos.
¿Como eran los espectáculos que presentaba bajo su administración?
Eran de gran nivel, contábamos en algunas oportunidades con Carlos Alberto Espinoza «La Chepa», quien ya falleció, que nos hacia las presentaciones de shows especiales, nuestra orquesta estable eran Los Vampiros de Copiapó, después se disolvió y creamos la sonora Ritmo Latino, con la que rematamos al final.
¿Hubo algún artista que haya marcado época?
Bueno en nuestra orquesta estuvo el papá del conocido trombonistas Hector Briceño, «El Parquímetro», además llegamos a tener entre 30 a 40 mujeres para el espectáculo, además yo tenia mi otro local El Safari que también murió en que empezamos a tener espectáculo y trajimos a grandes figuras del humor como Daniel Vilches, «el académico de la lengua» y a otras grandes compañías de humor nacional las trajimos acá y nadie puede decir que estoy mintiendo (risas) y de repente ellos hacían el doblete en el 16, con gran éxito
¿Por estas razones el local alcanzo una gran fama?
Siempre tuvo mucha fama en todo el país, llegaba gente de todas las regiones y el extranjero porque si uno venia a Coquimbo y no conocía el 1621 era como que si no hubiera venido a Coquimbo , (risas).
¿Era verdad que a veces el local era cerrado para un festejo privado?
Claro , principalmente al final eran por despedidas de solteros, en que acordábamos un precio con todo incluido y ahí los clientes no dejaban entrar a nadie mas y lo que pasaba adentro quedaba ahí (risas).
¿Alguna anécdota que recuerde de los parroquianos mas asiduos?
Bueno eso me lo reservo por cariño a ellos, pero fueron muchas pero no las puedo contar, no tanto que hayan salido arrancando a medio vestir en alguna oportunidad (risas).
¿Cual era el espectro de su clientela?
En todos los años de funcionamiento tuvimos gente de todos los niveles de Coquimbo y la zona, pero muchos no pueden decir yo no estuve en el 1621, (risas), pero le repito los nombres lo mantendré en mi recuerdo privado.
¿Porque no quiso guardar algún objeto para recordar?
Lo decidimos así con mi familia, eso tenia que terminar así, era lo mejor, no sacamos nada, nada, preferimos recordarlo de manera personal y creo que va haber algún homenaje de la gente en la noche porque como dije el 16 era muy querido por todos y siempre va a ser así porque marcó una época en Coquimbo.
Qué lindos recuerdos de mi paso por ahí cuando estuve en la armada