Karina Espinoza, presidenta regional Fenats: «Estamos en un momento grave, de crisis»

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Son la primera línea de la salud y por eso sienten que no han sido escuchados y apoyados por la autoridad, «quien creemos no creyó que la segunda ola sería tan crítica y que nos causaría un colapso a nivel de salud…».

Para los profesionales de la salud ha sido un doble desafío completar un turno médico. Para ellos, todo ha sido más difícil debido a la pandemia porque existe cansancio, contagios e incluso cuarentenas.

Once meses de crisis sanitaria y la situación en la salud pública, dice Karina Espinoza, presidenta regional de la Fenats, «ya no da para más».

Temen lo peor. Por eso «requerimos de manera inmediata una solución», agrega la dirigenta, quien pide un trato digno y mayores ayudas para los profesionales que han enfrentado esta pandemia con «muy poca colaboración del Ejecutivo», especialmente en esta segunda ola que sólo este viernes arrojó el récord de casos positivos en la región (289) y más de ocho mil a nivel país.

Para Espinoza, el colapso de la red asistencial «se ve en los tiempos de espera y pacientes esperando en las camillas. Cuando se abrieron los SAR comenzó mucha gente a llegar y los tiempos de espera son de hasta 12 horas, así que nos dimos cuenta de que no están preparados para mantener o tener a un paciente esperando una cantidad alta de horas, puesto que esa persona está sin alimentación, es un paciente que necesita un baño y en estos momentos no existe, no hay cómo entregar para toda la comunidad que está llegando a los SAPU. Por eso decimos que la situación ya se nos agravó».
Personal especializado

La queja también del organismo radica en que «supimos que hubo proyectos y que los tiraron para atrás y al sentir eso te das cuenta de que no pensaron en la segunda ola. La verdad es que estamos en un momento grave, de crisis. ¿Casos? Un accidente, un traslado de un paciente covid, paciente que necesitaba un alto requerimiento de oxígeno tuvo que esperar cerca de una hora dentro de una ambulancia, que además no tiene las condiciones para mantener a un enfermo».

En el verano, cuenta, los accidentes eran todos los días y mucha gente necesitaba atención inmediata, «como cirugías, un ventilador, una cama y eso ya no lo teníamos, y tampoco tenemos el personal. Para abrir una cama UTI o UCI necesitamos personal especializado y no hay. Necesitamos más médicos, enfermeros, todo un equipo. Hay un llamado del Gobierno, incluso para estudiantes de último año de medicina, enfermería, pero es la responsabilidad. La experiencia que se requiere», afirmó.

Advierte que en la primera ola se detuvo mucha atención como consultas médicas, dentales e incluso cirugías, «pero ahora en la segunda ola ya no hay tiempo para eso, debido a que los pacientes que tienen cáncer, por ejemplo, deben tener requerimiento inmediato. Ellos no pueden quedar de lado…».

Pese a todo el esfuerzo que han tenido que hacer durante todo este tiempo, «sentimos que pasamos a ser sólo un número, pues el año pasado había presupuesto para la primera ola, presupuesto para personal, menos para lo demás, como las ambulancias, por ejemplo. En realidad, creemos que la autoridad no creyó en que la segunda ola sería tan crítica y que nos causaría colapso a nivel de salud. Además, nos dimos cuenta de que la calidad de atención que se está entregando tampoco es la mejor y digna que necesita una persona».

Desde marzo

Ni hablar de lo complejo que ha sido el traslado de pacientes en ambulancias, las que dicen no estar en las mejores condiciones. Este jueves, incluso, frente a la intendencia se quejaron.

Todo surgió, explica Espinoza, «por los accidentes que se están teniendo en los traslados, lo que nos obligó a realizar un estudio completo a nivel regional, tanto de la atención primaria como de la atención hospitalaria, y así darnos cuenta de que las ambulancias están en malísimas condiciones. Sabemos también que han sacado ambulancias de los talleres para que puedan circular…».

Al respecto, indicó que «el flujo que tenemos es enorme, además de otras enfermedades y accidentes. Es por ello que necesitamos con urgencia nuevas ambulancias. Hay mucha pena en los trabajadores de la salud, no hay consideración de la propia comunidad. Esto lo venimos exigiendo desde marzo del año pasado y por eso solicitamos la renuncia del intendente, porque creemos que le quedó grande el poncho».

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