El dicho “menos es más” calza a la perfección con el agricultor de Combarbalá Juan Ramos Ledezma. En tan solo 3 mil m2 tiene una diversidad de cultivos, que le permiten comercializar durante gran parte del año y con ello generar constantemente ingresos.
Junto a ello destaca por ser un referente a nivel regional en la conservación de distintas variedades de semillas nativas, entre ellas más de 10 variedades de porotos, además de arvejas, habas, cebollas, zapallo de brazo y calabazas, muchas de las cuales se remontan a tiempos prehispánicos que han sido conservadas por su familia. Asimismo, combina estas actividades agrícolas con la crianza de gallinas.
Pese a estos logros, el productor comenta que hace algunos años atrás tuvo un fuerte revés en su emprendimiento. Lo que en un primer momento se avizoraba como el negocio de su vida, terminó por derrumbarse y debió volver a empezar casi de cero tras perder cerca de $25 millones en inversión.
Corría el año 2013 y tras un buen comienzo con sus plantaciones de tomate bajo invernadero, éstas sufrieron por la sequía, lo que derivó en su pérdida casi completa. Algo inimaginable para el agricultor, quien empezó tímidamente en ese negocio, pero luego apostó todas sus fichas tras los buenos resultados iniciales.
Juan Ramos rememora indicando que “fueron momentos difíciles, especialmente porque confiaba en que me iría muy bien. Pero me caracterizo por no dejar de trabajar, siempre estoy buscando qué hacer. Vivo inventando cosas, porque me gusta estar siempre ocupado. Entonces siempre tuve en mente que no me iba a dejar caer, y seguí intentando y me ha ido bien”.
Luego de ese infortunio buscó nuevas alternativas, siempre ligadas a la agricultura. Fue así que en el sector El Sauce en Combarbalá, en un pequeño terreno, inició una serie de plantaciones, las cuales optimiza en su reducida superficie mediante la rotación de los cultivos. “Desde mayo a agosto siembro arveja, habas y lechuga. Posteriormente es el turno de zapallo y poroto verde”.
En este nuevo rumbo un apoyo clave ha sido el del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), a través de inversiones para la mejora de sus producciones y en los sistemas de riego. Al respecto, Juan Ramos destaca que “gracias a INDAP tengo un gallinero como corresponde, además tengo una incubadora y también he recibido alimento para las gallinas. Tengo un bueno apoyo de INDAP”.
Respecto a la producción de gallinas indica que “queremos consolidar un criadero de gallinas, pero que sean de una buena raza, tengan buena calidad y con harta producción de huevos”. Y en el último tiempo está emprendiendo en la producción de peces para acuarios, “siempre me ha interesado incursionar en este negocio. Es algo distinto a la agricultura, pero igualmente requiere dedicación”.
Y sobre las semillas orgánicas el productor comenta que “me gusta que sean naturales, es decir que no sean manipuladas. Eso ayuda a que la rotación sea más productiva, con cultivos grandes. Quiero que se mantengan a través del tiempo, porque después no van a quedar para que las disfruten las próximas generaciones… sólo habrán semillas híbridas, pero eso no es bueno, lo bueno es consumir productos naturales”.
En lo que se refiere a sus proyecciones a mediano plazo el usuario de INDAP sostiene que “mis objetivos son seguir produciendo como ahora, de la manera más natural posible y con la rotación de cultivos. Me gustaría tener más terreno, pero eso se verá con el tiempo. Por el momento vendo mis producciones a la misma gente de El Sauce, pero el día de mañana ¿por qué no?