La Criollita, joya coquimbana a quien se le debe poner atención

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5Quienes tuvieron el privilegio de disfrutarla en vida la recordarán por sus canciones empapadas de amor con relatos de la vida diaria, su amor a la virgen, a las tradiciones como la Pampilla, el Minero, leyendas y personajes. Siempre con su guitarra a la que le sacaba rasguidos que hacían retumbar los auditorios de las radioemisoras a la que era invitada.
Elena del Carmen Santana Arancibia, «Elena Montoya, La Criollita», falleció hace 17 años, pero sus canciones están tan vigentes como lo fue en vida, cuando esta folclorista y recopiladora recorría escenarios en colegios, peñas y festivales y encuentros folclóricos.
Desde niña era una artista. Trasladada con la familia a vivir en las salitreras, compuso «Pampina soy» y «Pampa, pampa, pampa»… su producción musical es inagotable y variada. Vals, cuecas, tonadas, cachimbos, trotes, zambas.. canciones diversas que hablan de la vida en Coquimbo y en el norte de Chile.
Casa con Alejandro Montoya, formó familia y dejaron descendencia. Gravó para Emi Odeón, cuando pocos lo lograban por las altas exigencias artísticas del sello. Ha sido una de las pocas folcloristas en haber compartido con el gran Atahualpa Yupanqui. «La mujer que canta con voz dolorida», diría el argentino de nuestra Criollita. Juntos hicieron una gira por el vecino país y estuvo a punto de seguir a Europa, pero ella prefirió volver a formar familia.

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