Con una caravana y un posterior reconocimiento por parte del Centro de Padres del Colegio Alemán, las niñas que sufrieron quemaduras en el establecimiento y que fueron dadas de alta desde la Clínica Indisa, recibieron un galardón y otros regalos. Sus compañeros del Cuarto Año Básico B también dijeron presente, lo que las llenó de alegría.
Cuando el reloj marcó las 14:00 horas de ayer, fue el momento preciso es que se inició la hermosa iniciativa que buscaba dar un rato de alegría y otorgar, de paso, un justo reconocimiento a las dos niñas que sufrieron un triste accidente en el Colegio Alemán de La Serena.
Recordemos que los hechos tuvieron lugar el 12 de mayo pasado, cuando las menores se dirigieron a comprar al casino del establecimiento y lamentablemente, de un momento a otro, el mueble que contenía las bandejas para calentar la comida a baño maría se volcó y cayó sobre ellas.
Es importante añadir que ambas niñas, Emma y Rafaela, fueron dadas de alta de la Clínica Indisa hace pocos días, por lo que desde la propia comunidad escolar del establecimiento decidieron darles un homenaje y un momento de encuentro con sus compañeros de curso.
Fue un momento emotivo, donde se sintió el espíritu de solidaridad y cariño de todo un grupo humano para ellas, que han salido adelante pese a que en un momento los pronósticos no eran auspiciosos. Recordemos que ya iniciaron un lento pero alentador proceso de rehabilitación, que llevarán adelante en sesiones tanto en Santiago como en La Serena. Emma y Rafaela estuvieron desde mayo en la clínica, ingresando en un delicado estado, con más del 40% del cuerpo quemado, pero salieron adelante y mostraron que los milagros existen.
Conversamos con Claudia Galleguillos, mamá de Rafaela, quien aseguró que fue un momento que hizo felices a estas «luchadoras» por la vida. En medio de bocinazos y aplausos, se dio un homenaje que quedará para siempre en sus corazones.
«Se inició la caravana primero, lo que fue una sorpresa para mi hija, ella no lo sabía. Pasaron por la casa a buscarnos, nos sumamos a la caravana y nos dirigimos hasta el colegio, donde se hizo una recepción en el gimnasio. Fue bonito, porque cuando llegaron las niñas todos aplaudieron, las recibieron con carteles, globos y regalos. La Rafa estaba contenta de ver a sus compañeros, y tanto ella como Emma recibieron un galardón».
Tampoco se pueden olvidar los cariñosos gestos de los niños que ansiaban ver a sus compañeras, y con carteles y otras manifestaciones les daban la fuerza para seguir adelante.
Para Claudia, como mamá, también tiene un significado muy especial este momento. «Es el cariño de la gente el que a uno lo motiva para saber adelante. Es bonito saber que la gente nos quiere y que han estado pendientes de las niñas. Sentir el cariño es muy distinto, por lo que agradecemos la preocupación permanente de la comunidad escolar».
Rafaela y su familia retornan hoy a Santiago para continuar con los tratamientos a los que ella debe someterse. Sin duda, este retorno a la capital tiene un sabor muy dulce tras este hermoso homenaje. Un recuerdo que para Emma y Rafaela será inolvidable.