No se sabe cuántos pueden haber muerto por esta causa, pero es claro que son muchos y cada vez se ven menos en huertos y calles de Vicuña.
En algún momento algunos pidieron «hacer algo», para ahuyentarlos, porque se comian las paltas verdes o las nueces de los árboles.
Respecto de la muerte de ejemplares de loros tricahues que mueren electrocutados al posarse sobre el tendido eléctrico en el radio urbano de Vicuña, el experto explic a que «más que un corte eléctrico, que desde luego es importante, lo más lamentable es la muerte de estas aves que son una especie protegida en vías de extinción porque significa la pérdida de un recurso genético. Debemos pensar que hasta el 1920 existía una población de unos siete mil ejemplares acá en el Valle de Elqui y ahora no sobrepasan los 300 0 400 loros. Pareciera que fueran muchos, pero no es así porque ellos dan vueltas en varios sectores que van y vienen. Otra realidad es la cantidad de loros en el Valle del Río Hurtado y en La Higuera donde existen más de mil ejemplares. Ahora el comportamiento de acercarse a los sectores poblacionales y al tendido eléctrico, se debe a que estas aves buscan alimentos en los huertos, como uvas, pecanas, higos, semillas, etc. Muchos se quejan de los cortes eléctricos, pero nadie se queja por la muerte de estas aves en vías de extinción. Hemos realizado un seguimiento de los casos y varios loros han muerto electrocutados. Más debiera pensarse en que los cables del tendido eléctrico sean revestidos con algo para evitar más muertes de loros y los cortes de energía eléctrica.
En Europa se han revestido los cables para que las aves puedan volar libremente y no mueran electrocutados, como acá sucede con los loros tricahues que es una especie propia de nuestro ecosistema. Y estos casos que hemos visto en Vicuña, es por efecto de la forma que tienen de volar los loros, haciendo contacto con los cables desnudos del tendido eléctrico».
También el experto manifestó que se han encontrado casos de loros que han caido muertos por causa de disparos realizados con postones. Uno de ellos ocurrió hace dos semanas en el sector de la cárcel, en calle Chacabuco. «Este es un problema de educación porque cuando la gente se educa se podría dar una compatibilidad mucho mejor con estas aves y con la naturaleza en general. Los seres humanos no somos los únicos que respiramos, bebemos agua y nos alimentamos, sino también los animales de distintas especies que existen antes que nosotros. Por ejemplo, los loros exsiten mucho antes que se estabecieran los humanos en este valle. Hemos alterado el ecosistema de los animales, en este caso de los loros, porque hemos exterminado sus fuentes de alimentación como los algarrobos, los chañares y los carbonillos. Entonces la especie va disminuyendo y buscan otras alternativas, como en los huertos de la ciudad. Y muchas personas están permitiendo que los loros se alimenten en los huertos porque se dan cuenta que no es tanto el daño que producen. Por eso es importante saber más de ellos y educarse.
Ojalá existieran academias de ciencias en los colegios, como antes, para que las nuevas generaciones tengan un contacto directo con el entorno y no sólo a través de internet que nos aleja del contacto con la naturaleza», expresó Castillo.