Trabajando intensamente en la primera línea del Hospital de Illapel, que a pesar de ser un hospital de mediana complejidad, viven con intensidad los desafíos que imponen la pandemia.
Luis Alemán, médico de urgencia y uno de los jefes de turno en el Hospital de Illapel, llegó a Chile hace tres años y hace un año trabaja en la capital de la provincia del Choapa. “Esta pandemia era algo que no me y a pesar de ser un hospital de mediana complejidad este hospital ha estado a la altura”.
Explica que si bien en algunos momentos la urgencia ha estado colapsada, se siente orgulloso del trabajo en equipo el cual ha adaptado los protocolos del MINSAL a la realidad de Illapel. Los pacientes más graves de Illapel son enviados a Ovalle o Coquimbo.
Señala que la comunicación con los médicos tratantes de turno en los hospitales de destino ha sido fundamental. “El paciente aunque sea derivado nueva deja de ser nuestro… Sonará un poco sentimental porque es un paciente que lo hemos recibido y le hemos dado la atención primaria y nos sentimos parte de su proceso de recuperación, por eso es que lo monitoreamos diariamente y así es como hemos tenido pacientes que han estado conectados a un ventilador en UCI por dos semanas y tenemos la satisfacción de que sale caminando por sus propios medios (…) En el caso contrario, el tener como comunicar a la familia en especial cuando se trata de personas que son extranjeras y no tienen familia o bien aquellos que no pueden ser velados para su funeral, para que sus familiares puedan darle una despedida y eso psicológicamente al personal de salud le ha afectado bastante”.
- ¿Están cansado después de todo este tiempo de pandemia?
- “Físicamente todos nos sentimos cansados, pero esta es la carrera que hemos escogido y cuando hacemos el juramento hipocrático sabemos que debe prevalecer la vida del paciente incluso por sobre la vida propia. Y cada vez, que vengo al hospital, me levanto en la mañana y sé que vengo a ayudar y a salvar vidas y ese cansancio físico se transforma en energía y vengo a los turnos de 24 horas a darlo todo, el 100%.
Es verdad, a veces el equipo se siente cansado física o emocionalmente, pero justamente eso es lo importante, que lo hemos hecho en equipo, si se cansa uno está el resto de los 13 a animar a ese uno (…) No podemos ocultar el cansancio, hay turno en los que a veces almorzamos a las seis o siete de la tarde porque esto se colapsa, sin embargo hemos sabido resolver la situación(…) Se nos ha dividido en grupos de trabajo, en que nos mantenemos 15 días trabajando al 100% un grupo, luego vamos a cuarentena preventiva y viene un grupo a suplir, para así prevenir infección.
- En lo personal, cómo te nutres para seguir haciendo frente a todo lo que está pasando, porque sabemos que falta mucho aun…
Sí, falta mucho. Pero lo que más me da ánimo cada día es el agradecimiento de los pacientes que están afuera. Ese “gracias doctor por ayudar”, “doctor confiamos en usted”, es lo que me da mucho más ánimo de seguir afrontando esto.
- Has sentido temor, a contagiarte tú u tu familia.
- Si he sentido mucho temor, El miedo es humano pero en esta situación está mucho más a flor de piel. Además vivo con una colega y con un niño y sabemos que los grupos de riesgo son los adultos mayores y niños. Pero transformo ese temor y tomamos las medidas de precaución, nos cambiamos de ropa, de zapatos, en mi casa tengo un sesto especial, entro directo a la ducha y así logro estar con mi familia. Creo que el miedo se irá cuando se vaya la pandemia y logremos superar esto.
Auxiliares de la salud, una labor silenciosa y fundamental:
“Igual se echa de menos un apretón de mano o un abrazo… pero ya vendrán esos tiempos”
Un trabajador esencial del hospital de Illapel y de toda la red de salud son los encargados de limpiar y sanitizar las áreas en que han atendido a pacientes COIVD. “Me siento seguro y trato de que mis compañeros paramédicos, enfermeras y doctores se sientas seguros de que yo hice bien las cosas”, señala Carlos Alegra.
Un personaje sencillo y silencioso, pero que tiene clarísimo su rol en la pandemia. Carlos Alegre, es un auxiliar de la salud que tiene una labor fundamental. Él es quien desinfecta las áreas contaminadas. “Cuando me avisan que ha pasado un paciente COVID yo entro a desinfectar y hacer el aseo de todo, desde el termómetro hasta las camillas y las pareces. Todo”. Señala con absoluta seguridad que cada día comienza con el uso de los Elementos de protección personal (EPP).
“En un día lo que más me ha tocado son 18 casos y cada vez que entro a hacer un aseo debo ponerme mis EPP y luego de terminar la desinfección debo desechar todo en una bolsa amarilla especial que es distinta”. Respecto al miedo de trabajar en zonas contaminadas señala que el miedo está, pero el uso de implementos correctamente le hace sentid seguro “Es algo bien sencillo, ya llevo cuatro meses y usando todos mis EPP es el fuerte para no contagiarse, además de seguir las instrucciones de la autoridad. No saludarse por ejemplo, aunque se echa de menos un apretón de mano o un abrazo a un ser querido, pero ya vendrán esos tiempos”.
14 MIL TRABAJADORES DE LA SALUD EN LA REGIÓN DE COQUIMBO:
En la región son casi 14 mil trabajadores los que dan sustento al sistema de salud. De ellos, cerca de 1.200 corresponden a personal médico y junto a ellos hay cercad e 8.000 que son personal no médico, pero cuya labora auxiliar, administrativa o logística ha sido fundamental para poder dar la cobertura necesaria ante la pandemia.