Llega Navidad y son muchas las familias que se reúnen para celebrar esta tradicional fecha cristiana. Pero hay un grupo de personas que tienen esta suerte, ellos son las personas en situación de calle, que por distintos motivos llegaron a estar así.
Motivados por dar lo que tienen y no lo que les sobra, la agrupación Patiperros que reúne cerca de 20 voluntarios, realizaron la cuarta versión de su tradicional cena navideña para personas en situación de calle, que se realizó en el gimnasio del Liceo de Niñas Gabriela Mistral de La Serena.
Todo fue en base a donaciones y uno de los centros de acopio fue la tienda Akichip en el centro comercial Serena Oriente.
Hubo tortas, bebidas, karaoke, bailes, además presentaron videos y contó con artistas invitados, todo para brindarle una inolvidable Noche Buenas a aquellos que no tienen nada.
Hugo Baeza, uno de los colaboradores comentó que fue un éxito rotundo, «se alcanzó a dar cenas a todas las personas invitadas, incluso alcanzó para repetición, se les entregó el anhelado regalo, que era una cantidad utensilios de aseo, jabón, hojas de afeitar, en el caso de las mujeres, calcetas, toallas higiénicas, champú, colonias… ese era el regalito de navidad que le entregaba el voluntariado a todas las personas que viven en situación de calle» relató.
La gran motivación del grupo de voluntarios es poder darle una alegría a las personas que viven en situación de calle «no cuesta nada» dan a entender, además, de la gratificación personal, ya que lo hacen desde el anonimato.
En la tradicional cena también estuvo presente el seremi de Desarrollo Social, Juan Pablo Flores, quien compartió con los voluntarios y las personas en situación de calle.
Con esta actividad se cerró el ciclo de actividades de los Patiperros, donde destaca que en invierno realizaron la campaña de la «sopatón», ampliamente difundida por redes sociales.
Patiperros nace cuatro años por una iniciativa de amigos en común y se plantean el tema de ir a entregar ayudar y hacerles compañía a personas del centro que viven en situación de calle y de esa forma se generó una ruta donde iban por cada calle del centro de La Serena y cada vez que encontraban a una persona aprovechaban de conocerlo y después semana a semana, se hicieron lazos. El nombre surge cuando llevaban alimentos para repartir por el centro y habian perros que vivían en la calle. Una vez finalizada la ruta se percataron de una gran cantidad de canes que los seguían.