El fuerte oleaje provocado por las marejadas ha afectado a varios locales, representando pérdidas significativas que ponen en aprietos la celebración de fin de año. Estos daños han generado preocupación entre los propietarios, quienes se preparan en esta temporada para recuperar inversiones y atraer a la mayor cantidad de clientes.

Fuertes marejadas en la madrugada del 30 de diciembre, han opacado la tan esperada fiesta de fin de año para algunos locales comerciales en la costa. Debido al intenso oleaje, las infraestructuras y muebles de varios establecimientos fueron severamente dañados, generando preocupación entre los propietarios y la comunidad porteña.

En este sentido, uno de los locales que fue víctima de las fuertes olas que azotaron la costa de Coquimbo, fue el Restaurant Gourmet & Restobar Timber House (anteriormente conocido como Bucanero), ubicado en Av. La Marina, en el sector La Herradura. Este establecimiento sufrió daños estructurales significativos en su primer nivel y la zona de la terraza.

En esta línea, un equipo de Diario La Región recorrió las instalaciones, las cuales, a pesar de los daños que podían apreciarse a simple vista, siguen funcionando, con su parte inferior con escombros y algunas complicaciones con el agua filtrada en el local.
Por su parte, el propietario del local, Marcelo Sulantay, señaló que a pesar de las significativas pérdidas, las actividades programadas para fin de año continuarán con normalidad.

«Fue una destrucción total, las marejadas entre las siete de la tarde y doce de la noche, fueron brutales, las olas eran muy grandes, como de tres metros, por eso toda la terraza fue pérdida total; pero el local tiene varios niveles y seguirá abierto (…) hace mucho que no ocurría algo similar, desde el tsunami del 2015, que fue como diez veces más grandes, pero al igual que nos repusimos cuando se nos quemó un local, también nos pondremos de pie esta vez», comentó el dueño del local.

En el otro extremo

Otro punto que fue dañado por este fenómeno en la ciudad puerto, fue la caleta de Guayacán, donde algunos de los clásicos carritos que operan en las inmediaciones terminaron inundados, a pesar de contar con un rompeolas en el lugar.

En este contexto, «El refugio pirata», que lleva más de cuatro años funcionando en la caleta, también sufrió daños en una de sus terrazas más cercanas al mar. Esta problemática, según testimonio de Orlando Rojas, dueño del establecimiento, es recurrente y tiene preocupados a los locatarios de la zona.

«Esto es cansador, nos pasa al menos dos veces al año, esta vez las olas fueron tan fuertes que afectaron toda la terraza y lo expuesto al borde costero (…) nosotros mismos arreglamos los daños, a veces algunos clientes también nos apoyan con algunas cosas, pero en su mayoría salimos adelante con nuestro esfuerzo», señaló el dueño del local

Además añadió que «hemos tratado de buscar soluciones, pero nadie se compromete realmente, jamás se ha hecho un catastro de daños ni recibido ayuda de terceros (…) es una situación lamentable, porque nosotros somos una pieza fundamental para atraer turistas en el verano y necesitamos tener las condiciones para lograr atenderlos de la mejor manera y cumplir con sus expectativas», comentó.

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