Más de 800 serían las aves muertas en borde costero de Coquimbo

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En el Servicio Agrícola Ganadero esperan las muestras que fueron enviadas a Santiago para saber si el varamiento de los cormoranes en Playa Changa y el Humedal El Culebrón es provocado por la influenza aviar. Sin embargo, «eso no quiere decir que debemos inferir que todas las aves murieron por este virus», dijo Jorge Mautz, director regional SAG.

La imagen de cientos de aves muertas en Coquimbo, especialmente en el sector de Playa Changa y el Humedal El Culebrón, tiene a todo el mundo preguntándose qué fue lo que realmente sucedió. O qué está pasando, ya que las muertes de los cormoranes vienen ocurriendo desde el día viernes.

En el SAG existe preocupación por los cerca de 800 cadáveres de estas aves encontrados, y por lo mismo las muestras fueron enviadas a Santiago para saber si las muertes son provocadas por la gripe aviar. Por el momento, desde el Servicio Agrícola Ganadero no descartan nada.

El director regional, Jorge Mautz, comentó que «están siendo encontrados desde el viernes pasado y tenemos una abundante cantidad, ya vamos por los 800 cadáveres».

Respecto al procedimiento, explica que «nuestras brigadas en terreno están recogiendo los cadáveres y son llevados al vertedero El Panul, en Coquimbo, con un enorme protocolo de seguridad. Es decir, con doble bolsa plástica donde metemos los cadáveres y los equipos que manipulan están absolutamente aislados. Luego estas bolsas son enterradas en zanjas de más de dos metros, con cal encima, y se tapan con tierra para evitar que las gaviotas que están volando se puedan alimentar de los cadáveres».

Sin embargo, previo a eso se realiza una toma de muestra que se envía a Santiago, «así que estamos esperando los resultados para ver si se trata de gripe aviar. Estamos a la espera porque nos interesa de sobremanera».

Alta temperatura

Si teóricamente encontraran algún positivo con los exámenes, advierte que eso no quiere decir «que debemos inferir de que todas las aves murieron por la influenza aviar, eso hay que dejarlo en claro, pero a priori si se debería consolidar esa posibilidad».

Advierte que el virus está circulando y que va cambiando de estrategias, «para poder sobrevivir, y por eso se pasó a los mamíferos marinos, aunque es un hecho de la causa que lo trajeron las aves que venían del hemisferio norte y que el virus queda circulando por acá. Pero reitero, no significa que todas las muertes sean provocadas por la influenza aviar».

En cuanto a la posibilidad de que existan otras hipótesis, reconoce Jorge Mautz que sí, que han estado revisando otras publicaciones, por ejemplo, en Ecuador, país donde precisamente están alarmados porque lo mismo les está pasando, dado que hay mucha población de ave silvestre que está muriendo.

«Se está especulando, y lo que puede ser ratificado por los estudiosos es que la temperatura del mar ha subido como en tres grados, entonces hay fenómenos que están ocurriendo en el mar, y la expresión más clara es que las aves están muriendo y están llegando al borde costero, justamente donde entramos nosotros a resolver este asunto. Pero algo está pasando en el mar y la evidencia está indicando que la Corriente del Niño podría ser una eventual explicación, o marejadas anormales, o quizás el arte de pesca que no es apropiada. Pero, claro, es anormal la cantidad y llama la atención, así que son varios los elementos dignos de estudio».

Hasta pingüinos

Independiente de lo que está sucediendo con el cormorán, Mautz comenta que hasta el momento tienen seis zonas bajo control sanitario, «lo que se ha mantenido estable, puesto que no han crecido los números y es un buen dato».

Desde la llegada de la influenza aviar a la región de Coquimbo, en diciembre pasado, advierte que han tomado más de tres mil muestras de aves de planteles industriales.
Destaca que «acá hay dos grandes criaderos, hemos muestreado y hemos tenido negativo. Sí hubo una pequeña crianza de traspatio en en el sector de La Cantera, donde hubo que despoblar el lugar porque salió positivo, pero son los únicos casos de planteles. No obstante, las seis zonas bajo control sanitario se mantienen, que comienzan por el norte de Isla Choros, avanzan por Coquimbo, La Serena, Guanaqueros y hasta Pichidangui».

Agrega que esto se dio fundamentalmente en aves silvestres, con indicadores en un principio con pelicanos, después gaviotas dominicanas y posteriormente se pasó a mamíferos, especialmente en lobos marinos y chungungos, y aves como los pingüinos.

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