Ministro Vicente Hormazábal procesa a tres ex agentes de la CNI por homicidio de militante socialista

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cniEl ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los Derechos Humanos de la Corte de Apelaciones de La Serena, Vicente Hormazábal Abarzúa, dictó auto de procesamiento en la investigación del homicidio de Daniel Acuña Sepúlveda, militante socialista, perpetrado el 13 de agosto de 1979, en el sector Tierras Blancas, comuna de Coquimbo.
En la resolución, el ministro Hormazábal sometió a proceso y ordenó la prisión preventiva a los ex agentes de la CNI, Jermán Antonio Ocares Morales, Luis Arturo Pavez Silca y René Hugo Ojeda Caro, en calidad de autores del delito de homicidio calificado.
De acuerdo a los antecedentes recopilados en la etapa de investigación, el ministro en visita dio por establecido que la madrugada del 13 de agosto de 1979, en un operativo previamente preparado, llegó al domicilio de Daniel Acuña Sepúlveda un grupo aproximado de  seis agentes de la Central Nacional de Inteligencia (CNI) de La Serena. En el portón, dispararon al hijo de Acuña, quien logró huir del lugar y en el interior del domicilio, tres agentes dispararon en la cabeza a Acuña Sepúlveda y luego, colocándole dinamita en el cuerpo la hicieron detonar.
En tanto, otros agentes del grupo, entre ellos los tres procesados, Ojeda Caro, Ocares Morales y Pavez Silva, permanecieron en el exterior del predio, prestando cobertura mientras se desarrollaban los hechos en el interior.
Los informes oficiales y relatos de investigaciones periodísticas afirman que Daniel Acuña murió al recibir múltiples disparos y que, posteriormente, su cuerpo fue atacado con un objeto explosivo.
En el asalto a su casa quedarían evidencias que indicaban la actuación de numerosas personas. Además, la familia haría saber la pérdida de objetos de valor.
Sobre el caso Acuña se han escrito libros y se han realizado diversos reportajes tanto en Chile como en el exterior. Baste con citar que era miembro del Comité Central del PS y cercano a Allende, para ubicarse en el personaje que además era muy culto, tocaba piano y gustaba de la música clásica. De él también se decía que practicaba  ciertas «ciencias». Era medium y buscador de tesoros. Se le ubicaba entre los intelectuales del Partido Socialista.
Daniel Acuña Sepúlveda, 69 años, vivía en la Parcela 222, en la subida a Tierras Blancas. Su casa prácticamente no tenía vecinos. Acuña vivía con un hijo y tenía perros.
Es el caso que esa noche del 13 de agosto llegó al lugar una patrulla conformada por militares y carabineros, aparentemene un equipo de la CNI, dispuestos a dar muerte al dirigente socialista.
El hijo de Acuña que logró escapar del operativo describió detalles que fueron fundamentales para reconstruir el asesinato de su padre.
Después de haber sido acribillado por esa patrulla, el cuerpo fue arrastrado a un baño a la vez que se hizo estallar un explosivo que le destrozó  la cabeza y cuerpo.
Sobre este hecho que tiene a tres procesados,  habla el libro “El Caso Acuña. Violencia y Represión Política en la Región de Coquimbo 1973 – 1990. Apuntes Para una historia local”, de Celso López San Francisco, Óscar Marín San Martín, Jaime Prea Gómez y Jorge Salamanca.
El libro que es una acuciosa investigación está lleno de detalles que describen la macabra y cruel operación de los militares de la época. También recoge versiones de personajes políticos y funcionarios del gobierno militar.
De la muerte, el comunicado de prensa de la época dijo que se trataba de un suicidio con explosivo. Incluso se afirmaba en que Acuña habría tratado de atacar a Carabineros del sector, cuyo retén estaba a doscientos metros de su casa.
La gente de la época recordará otros burdos casos que posteriormente se fueron  aclarando como montajes publicitarios.

Según la versión oficial, dada a conocer mediante un comunicado de la Intendencia Regional, «hubo una explosión en el sector donde se ubica la Parcela que era de propiedad de la víctima. Carabineros alertó de ello a la CNI, quienes fueron a allanar ese inmueble. Al identificarse, un individuo desde el interior les lanzó una bomba y huyó. Lo persiguieron por el jardín y antes de ingresar a la casa hubo una segunda explosión en su interior, la que rompió todos sus ventanales. Luego encontraron a la víctima ya muerta en el baño y detuvieron al otro individuo (Informe Rettig).
La Comisión señala tener antecedentes que hacen suponer que tal versión es falsa. «Existe constancia en el proceso judicial que a diferencia de lo informado oficialmente, fue un agente de la CNI el que concurrió a la Tenencia de Carabineros de Tierras Blancas comunicando la supuesta explosión y pidiendo se le facilitara tomar contacto con la central de su servicio, no siendo entonces Carabineros los que llamaron a la CNI. No resulta, por lo demás, verosímil que la única persona que escuchara la explosión que generó el incidente haya sido precisamente un agente de la CNI; tampoco lo es el hecho que a continuación del operativo se dirigiera directamente a la casa de la víctima, cuando consta que no tenían ningún elemento que les indicara que allí se había producido.

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