Con un reconocimiento a la labor que han desarrollado los sacerdotes y monjas franciscanas junto a la comunidad, logrando restaurar completamente el interior de la Iglesia, inició sus palabras Monseñor René Rebolledo en la homilía de la misa en culminación de la fiesta de San José Obrero, en la Antena, La Serena.
El templo repleto de fieles ahora luce de color blanco, con altar de piedra, un fondo también de piedra canteada, nuevas imágenes de San José y de San Francisco de Asís, y una sacristía que está por ser terminada.
La misa de las 17:30 horas, fue la culminación de la novena en honor al santo patrono. Previo hubo una procesión por las calles del sector. Al arzobispo lo acompañaron sacerdotes, diáconos y representantes de comunidades religiosas de base, además de los fieles del sector.
En sus palabras Rebolledo recordó que fue en este templo que tuvo primera misa tras haber llegado a La Serena. Fue el 5 de marzo. “Ustedes me invitaron primero a un té, me conversaron, luego estuvimos en la santa misa y posteriormente seguimos compartiendo. Yo me sentí muy acogido, siempre recordaré ese día… Pues bien, así será como tendremos que trabajar en la misión que se avecina, con calidez, con acogida, conversando primero y luego hablando de Dios, que es el centro de todo”.