Después de recibir el beso de felicitación de su esposa, María Isabel Boudon, de sus nietos y otros parientes, además de sus colaboradores directos y colegas de labores del supermercado Jumbo, que le entregaron un merecido trofeo, «Tito» relató a Diario LA REGIÓN los pormenores de la hazaña que concretó, de que no le trajo ningún inconveniente de salud, salvo el frío.
«Partimos de buena forma, en La Serena superé sin problema el oleaje, ya que es una zona difícil por las corrientes, después tomé mi ritmo normal en los primeros 4 mil metros, pero la dificultad empezó a la mitad de la bahía y ahí empezó una fuerte corriente que me empezó a desviar hacia Peñuelas, unos dos mil metros hacia la costa, pero logré regresar a la ruta que tenía trazada y ese fue el motivo que me atrasó en el horario de llegada, porque colegas nadadores expertos me decían que debía llegar a Coquimbo en unas tres horas y media, pero me mantuve tranquilo, aunque me empezó a mermar el físico por el esfuerzo, ya que mi preparación era para nadar cuatro horas».
De la etapa final, el nadador recordó con emoción, «ahí uno debe apelar al coraje, y pensé en mi familia, en mis amigos y en los colegas del Water Polo de Coquimbo, que también vinieron. por eso sentí una emoción muy grande cuando empecé a escuchar los gritos de aliento de la gente en el muelle, y de reojo vi que estaba unos globos con los colores del supermercado, porque no sabía que mis compañeros de trabajo y los jefes iban a venir a premiarme, y ahí saque fuerza de flaquezas y apuré en los 100 metros finales hasta que toqué el muelle con mi mano».
Consultado por la opción de repetir el recorrido el otro año, el avezado nadador dijo, «se podría hacer pero habría que ver el tema de la salida, porque hubo una controversia ya que estaba la opción de salir a las 6:00 para llegar a las 10:00, pero a esa hora iba a haber muy poca gente para recibirme».
Además tuvo sentidas palabras de gratitud para los integrantes del equipo que lo apoyó, «doy las gracias a mi familia y a Juan Guerrero, a Francisco Acuña, a Gabriel Carmona, a mi yerno Roberto Trujillo, a Guillermo Cortés, y a mi preparador físico y entrenador Julio Jopia y todos los miembros de mi club «Nadadores del Frío», que son ex salvavidas de Coquimbo».
En la reflexión final, «Tito» enfatizó que espera que su travesía motive a los jóvenes y a adultos a practicar más deporte, «este es un incentivo para toda la comunidad, para los niños y para gente de más edad como los adultos mayores, que pueden practicar por último una caminata diaria, yo ahora tengo 60 años y sigo haciendo deporte, pero veo a muchas personas de mi edad que prácticamente no se mueven del sillón».
María Isabel Boudon, que recibió con un beso a su esposo en la meta, comentó que está orgullosa del logro de «Tito», adelantando que lo seguirá apoyando para otra travesía similar, «estoy feliz, junto con mis dos hijas y mis nietos, porque mi marido quería lograr esto, y aunque hay nervios, yo estaba confiada, pues que se preparó bien físicamente y lo encomendé a Dios no más. Yo lo conocí como nadador y va seguir hasta que Dios diga, y le voy a dar permiso para el otro año si quiere hacer otra prueba parecida» (risas).