Don Manuel, a propósito de su cumpleaños ¿cómo se pueden combinar estos sentimientos en el aniversario 40 del paso de la Caravana de la Muerte por la IV Región?
Para mí los sentimientos son siempre válidos. Yo estaba en otros lugares y en otras cosas y también me tocó ver y defender la causas de la Justicia y de la Verdad, temas que son inclaudicables para un cristiano.
Usted dijo en su homilía que Jesús no hubiera permitido que este tipo de cosas ocurriera.
Eso es evidente, porque Jesús luchó para que este tipo de cosas no sucedieran. En los tiempos en que él vivió los campesinos eran brutalmente explotados y él peleó por esa gente y habló de la Justicia allí, porque parte de vida cristiana luchar siempre por la Justicia.
Monseñor, en la interna, ¿qué significado le produce este tipo de situaciones?
Siempre al sacerdote le tocan oficiar muchas cosas, entre ellas algunas malas o terribles y el solo hecho de pedir por un difunto es tratar de ponerse cerca de ellos. Siento y se me reviven muchas cosas que yo viví en mi parroquia con la gente. Tenía civiles y militares, pero los trataba por igual a todos y lo dije así, que iba a entrar en cualquier casa, pero había gente que no entendía que el sacerdote está con el que sufre, con la Justicia y la Verdad.
Acá hay un caso emblemático de un bebé que fue entregado por los militares durante los primeros días de la dictadura.
No tengo bien claro, pero personalmente ahí hay algo que no me gusta, pero no tengo todos los elementos. Quizá era algo que se tenía que hacer porque el niño tuviera lo mejor, pero si buscamos Verdad y Justicia uno tiene que tratar de buscarla.
Don Manuel, ¿usted en su discurso señaló que esto no debe ocurrir nunca más en Chile o también debe ir de la mano de determinar quiénes fueron los responsables de estos hechos?
Tiene que siempre trabajarse por la Verdad y la Justicia. Por ejemplo, en todo este aniversario que ha sido muy largo aparecieron cosas que son muy notables y que me han dolido mucho. Cuando joven quise ser abogado y trabajar en la defensa de la justicia y lo que hizo el Poder Judicial me ha dolido muchísimo, porque fue un lavado de manos. El famoso autoacordado de la Corte Suprema en que decían que como estábamos en un clima de guerra ellos no revisaban los amparos.
¿Basta solo con el perdón o también se deben asumir las responsabilidades?
Creo que la Verdad es lo primero y la verdad es que hubo muchos odios. Pero de ahí viene lo justo y no sé qué responsabilidad va a asumir la Corte Suprema. Yo hablo también del Gobierno Cívico-Militar, no les echemos la culpa a los militares y en el mundo civil he visto poca gente que ha dado la cara y esa es la verdad.
¿Usted comparte los dichos del presidente sobre los cómplices pasivos durante la dictadura?
Eso lo dijo el Presidente y lo comparto, pero hay que matizar en algunos casos. Hay gente que se hacia el leso. Uno les decía, yo conocí casos dramáticos y cuando uno les decía lo que pasaba respondían que eso no era tan así.
