Un día como ayer fue cuando Alberto Hurtado falleció, es por esto que el mes de agosto es recordado como el Mes de la Solidaridad y el arzobispado ha realizado una serie de actividades en estas fechas para dejarlo bien presente.
En la misa celebrada ayer para conmemorar su legado asistieron organizaciones voluntarias de la misma iglesia y de instituciones externas, entre ellas estuvieron la Pastoral Santa María, el Área de Solidaridad del Arzobispado de La Serena, la Comunidad Fe y Luz, la Pastoral Penitenciaria, Damas de Gris, de Rojo y de Amarillo, la Pastoral de Migrantes, Caritas Chile, Hogar de Cristo, la Cruz Roja, Coanil, el voluntariado del área pastoral de la Universidad Católica del Norte, Narcóticos Anónimos, etc.
También estuvieron presentes algunos colegios como Salesianos San Ramón, Saint John’s School y la Providencia.
Monseñor Rebolledo fue el encargado de celebrar la misa y en sus palabras a la hora de la reflexión destacó la importancia de ser solidarios, no sólo durante este mes, sino que por todo el año y la vida en general. «El peligro está que sólo se piense en el mes y que el 31 de agosto cerremos la jornada y nos olvidemos de la solidaridad», consignó durante el sermón el sacerdote.
El discurso de monseñor Rebolledo no sólo se quedó en esa reflexión, sino que fue un poco más allá, ya que criticó las condiciones actuales en las que se genera la desigualdad en Chile. «Los bienes son para compartirlos y lamentablemente estamos viviendo en un país en donde los ricos son muy ricos y los pobres son muy pobres, nos falta un equilibrio, nos falta equidad social… donde todos tengan y ninguno debe pasar necesidad» consignó.
