Muerte de Melissa: Madre y padrastro no están viviendo en Coquimbo

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Un dato considerado clave, que se espera establecer en las próximas horas, es el momento exacto de la muerte de la niña Melissa, el día 26 de noviembre en su casa de Villa Talinay, en La Cantera.

Ese antecedente sería periciado con los datos entregados por los padres, Mirta, su madre, quien dijo haber salido momentos antes del incendio con destino a un dentista en La Serena; y él, el padrastro, quien dijo haber salido mucho antes con el hijo de ambos, de siete años, para llevarlo a vacunarse en el colegio.

Familiares de la víctima, la niña Melissa Chávez, confirman que el incendio solo fue en el segundo piso de la casa, donde están los dormitorios, y que el cuerpo de la víctima fue afectado por el calor o las llamas. Se alcanzaron a quemar dos colchones de la litera.
Un detalle que también aparece, es la existencia de dos perros regalones en la casa, uno de cada niño, que aún cuando no son bravos, como todo perro ladran cuando se encuentran con un desconocido.

Además, dicen los familiares, aquel díafueron robados alrededor de quinientos mil pesos en efectivo, que la mamá guardaba en el velador.

El mismo día del crimen, a sugerencia de la fiscal, la pareja fue a declarar voluntariamente a la Brigada de Homicidios, trámite que se prolongó hasta horas de la madrugada.
En parte de esa diligencia los detectives les pidieron las ropas, incluidos los zapatos, que usaban durante el día a los padres y al hijo. Además, les tomaron muestras de saliva que fueron enviadas a un laboratorio en Santiago.

También se requisaron los celulares de los padres, del hijo y de la víctima.

CONMOCIÓN EN LA
OPINIÓN PÚBLICA

El crimen de Melissa Chávez conmocionó a Coquimbo y a toda la zona, con repercusión nacional a través de largos programas en los matinales de televisión.

El impacto es por la edad de la víctima y por la manera en la que la atacaron, en su casa, en su dormitorio. Una niña de la que no se deja de destacar buenas cualidades.

A casi dos semanas del homicidio, siguen las investigaciones para dar con él o los responsables. Desde entonces, días largos, de mucha ansiedad por conocer el resultado, «aunque ninguna pena va a reparar nunca más el daño ocasionado», dicen cercanos a la niña.

TEORÍAS

Muchas son hoy las teorías que se tejen, incluida la de un posible psicópata, cuestión que aumenta la tensión en la comunidad y la ansiedad por obtener pronta respuesta de la fiscalía y la policía:
– Que en una de las casas cercanas a la que vivían hasta hace poco Melissa y su familia, existe una cámara que justo ese día no funcionó.
– Que ese día de horror, donde murió asesinada la menor de 12 años, hubo un robo de dinero de 500 mil pesos.
– Que un hombre extraño se asomaba en las noches, mirando hacia la casa…

Pero también se ha sabido que Mirta es madre de cinco hijos. Que estuvo casada, se separó, más adelante volvió con su esposo y finalmente se separó. Se juntó con Luis, más joven que ella. Tuvieron al niño, pero por alguna razón se habrían separado un tiempo, hasta que volvieron a reunirse.

Hace solo tres meses llegaron de la Parte Alta de Coquimbo, donde la familia de ella siempre ha vivido, para radicarse en Villa Talinay, arrendando una casa de dos pisos.
Se comenta. Se habla, e incluso se discute, en relación a lo que realmente ha pasado después de ese jueves -26 de noviembre- en el pasaje Su Santidad San Anacleto con Avenida El Culebrón, cuando Melissa dejaba de existir, hasta ese instante en extrañas circunstancias, producto de la asfixia por un incendio provocado por un problema eléctrico, en el que se quemaron a lo menos dos colchones.

La confirmación de la Fiscalía, días después, corroboraba lo que quizás algunos nunca descartaron: la muerte fue por la intervención de terceros y el incendio provocado para eliminar pruebas. ¿Quién? o ¿Quiénes? Es materia de investigación.Los peritajes podrían estar listos hoy. Y con ellos determinar responsabilidades o descartar sospechas.

También se espera la data de muerte, para saber si el deceso de Melissa fue antes o después de la salida de los padres, lo que es fundamental para entender qué pasó.

Por momentos no se descarta nada. Ni la policía, ni la Fiscalía, ni la familia. Hoy son todos sospechosos, y a la vez todos inocentes. «Aunque la presunción de inocencia es un derecho humano hasta que se demuestre lo contrario y menos hacer juicios valóricos», cuenta Paola Marín, amiga de Daniza, tía de Melissa, que ha oficiado de vocera del grupo familiar.

Ella, Paola, se ha encargado de organizar desde el día que murió la menor las principales velatones en el frontis de la casa y otras.

Una vez que se oculta el sol, los vecinos y familiares llegan al pasaje para manifestarse. Llevan volantes, pancartas y carteles. También velas, las que prenden en señal de homenaje, de respeto, para Melissa.

«Ahí rezamos, cantamos, se deja el micrófono abierto y luego marchamos hacia la carretera», describe Paola.

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