“Esto no da para más, estamos entre la espada y pared”. Esas palabras del alcalde de La Serena, Roberto Jacob, resumen la situación que vive el municipio en relación al depósito final de la basura domiciliaria. Esto debido a que hasta ahora no existen alternativas para la disposición de los residuos que se generan mensualmente.
Ayer el Concejo Comunal serenense debió aprobar un nuevo contrato con la Sociedad de Inversiones El Panul Ltda. por dos años, que tuvo un incremento en el precio de un 18%, llegando a más de 77 millones de pesos mensuales por el uso de relleno sanitario. Es decir, el costo por cada tonelada de basura que ingresa a dicho recinto es de 0.4447995 Unidades de Fomento (UF).
A esto se debe sumar el costo que implica para el municipio el retiro de la basura, servicio que presta la empresa Demarco.
“Es el único vertedero que hay, no hay más; por lo tanto, no tenemos dónde más poder depositar los residuos sólidos. Creo que es imperativo pensar de una vez por todas en instalar un planta para el tratamiento de dichos residuos, que significa convertir la basura en energía, en materiales de construcción, y que eso implique menos costos para el municipio. El Departamento de Medio Ambiente y todos los que tienen que ver con el tema, tienen la obligación de trabajar a 100 kilómetros por hora para encontrar una alternativa. ¿Qué va a pasar cuando el vertedero no de más?”, indicó a Diario La Región el alcalde Jacob.
En cuanto al financiamiento para construir dicha planta, el edil afirmó que “puede ser compartido con el Gobierno Regional, puede ser una empresa privada que recupere la inversión con la transformación de los residuos en energía; son varias alternativas que se pueden barajar”.
En tanto, el concejal Juan Carlos Thenoux aseguró que la mayor preocupación que tienen en torno al tema es que no existen proyectos. “Desde hace tres años estamos proponiendo una idea en base a una experiencia de San Juan, Argentina. Nos tocó ir a una visita técnica a una planta de tratamiento de residuos sólidos, que lo maneja el ministerio del Medio Ambiente y entregar servicios de los municipios. Esto ha permitido erradicar muchos campamentos, porque la gente que estaba en situación de calle o como recolectora de basura fue contratada y se le dio una vida más digna, se les construyeron escuelas y poblaciones. Pero nosotros, en cambio, cuando vemos que el 2018 se acaba el vertedero de Coquimbo, no tenemos ningún proyecto formal en desarrollo”, afirmó.
Quien también se manifestó a favor de contar con una iniciativa que permita hacer un manejo de los residuos sólidos fue el consejero regional Alberto Gallardo, quien durante 2015 participó en una visita al proyecto de reciclaje en San Juan. “Los vertederos que tenemos ya están casi llegando a la ciudad, lo que trae malos olores, animales que crecen en torno a ellos como ratones. Nosotros vimos la experiencia en San Juan, que recicla lo sólido y lo transforma. La tierra se usa para recuperar los campos y parques. Además, en otras partes del mundo se genera gas y electricidad a partir de la basura. Esa experiencia en muy buena y perfectamente calza entre La Serena y Coquimbo, también Ovalle. Ya se está trabajando a través de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo y lo seguiremos haciendo durante este 2016”, dijo.