Nicolás Pavez: «Estamos convencidos que tienen presa a la persona equivocada y que el asesino de Melissa sigue libre»

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Defensor de Mirta Ardiles, condenada por parricidio e incendio, por la muerte de su hija en 2020, sigue insistiendo en su inocencia, y por eso advierte que nunca le había tocado «enfrentar un veredicto condenatorio sin ninguna prueba concluyente…»

Fueron 17 días de litigio. Con alegatos de horas, sin tono vehemente, pero cargado de referencias a la técnica jurídica, el defensor Pavez pidió la absolución por inocencia de Mirta Ardiles.

Si bien los tribunales el día martes la condenaron por parricidio e incendio, por la muerte de su hija en noviembre de 2020, arriesgando incluso cadena perpetua simple (el dictamen se conocerá el 27 de mayo), Pavez sigue insistiendo en su inocencia.

No duda en señalar que «hoy una persona arriesga la posibilidad de pasar el resto su vida en la cárcel por un crimen que no cometió. Es más. Estamos convencidos de que tienen a la persona equivocada y que el asesino de Melissa sigue libre», cuenta a La Región días después del término del juicio oral.

Un veredicto que acaparó las noticias de los medios regionales y nacionales, y donde siempre se sabía que se podía ganar o perder, «y uno como abogado lo entiende, ya que es parte de nuestro trabajo. Pero lo que nunca me había ocurrido es enfrentar un veredicto condenatorio sin ninguna prueba concluyente», señala.

Bastante
inexplicable

Tras semanas de intentos debates en el TOP de La Serena, Pavez, hoy más tranquilo, espera el fallo del 27 de mayo y luego ver qué pasos tomar. Sin embargo, existe la posibilidad de una nulidad, «y no solo es lo que vamos a hacer, sino que debiese ser acogido. Sabemos que el camino es largo, y hay que ser honestos, la nulidad no se gana de manera automática, sino que es un recurso complejo, así que hay que preparar una buena nulidad, dar la pelea y ganarla. Vamos a dar todas las peleas que haya que dar, pero también con mucha prudencia».

De lo que sucedió el martes y en todo el juicio, incluso en la investigación, el defensor de Ardiles comenta que «hay ser respetuosos de los tribunales», pero «para serte franco», agrega, «este es un fallo, a mi modo de ver, bastante inexplicable. Obviamente uno intenta tener cierta objetividad y no entregar una opinión parcial, pero me parece que cualquier persona que haya escuchado este juicio, o a cualquier persona que uno le haya explicado, es bien difícil poder llegar, desde mi opinión, a una sentencia condenatoria».

Al desmenuzar lo que sucedió, explica, y reitera, «desde mi punto de vista», es que habiendo demostrado «que el humo no pudo demorar más de dos minutos en salir de casa, no resulta entendible que el tribunal ‘suponga por descarte’ que Mirta estaba en su interior al inicio del fuego. Cuando justamente lo probado en el juicio fue exactamente lo contrario. No lo dijimos nosotros, fue los peritos de bomberos y de la PDI quienes indicaron que era posible que fuera visible el humo en un rango de 2-3 minutos. Entonces ¿por qué se condena a Mirta?».

Si uno va punto por punto, añade, «creo que este es un juicio donde en su conclusión existen muchísimas preguntas, muchas cosas sin resolver, y sorprende, porque el estándar chileno exige convicción. Por lo mismo, y en nuestro modo de ver, después de 17 días es bien difícil poder llegar a un grado de convicción respecto de la participación en estos delitos».

Pruebas
derribadas

Sin la presión ya de los días litigando, persiste en que «este es más un juicio que se hace por descarte, o por exclusión».

En esa línea, tajante cree que «uno espera que para poder enviar a una persona a la cárcel por el resto de su vida, el nivel de pruebas o el estándar probatorio sea más que un descarte o una exclusión. Por el contrario, lo que ha sucedido es que en esa afirmación que sabemos hace dos años, la Fiscalía hubiese probado algo más, y qué ha pasado, que nosotros los defensores, que somos quienes no debemos probar, hemos traído pruebas como, por ejemplo, que el incendio hubiese sucedido en unos o dos minutos, y súmele a eso que luego vino otro perito que dijo que esos tiempos eran más o menos normales. Nosotros entendemos, y de ahí la sorpresa en este juicio, que las pruebas que trajo el Ministerio Público, en vez de ser confirmadas, fueron siempre derribadas, y por eso que el fallo nos sorprende».

De su experiencia como litigante, reconoce que «ganando o perdiendo uno en general entiende que existe un nivel de convicción del tribunal, y por eso existe esta norma del artículo: más allá de toda duda razonable, que en este juicio lo que más hay son dudas. De verdad que es difícil entender que con estas dudas se pueda condenar».

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