«No queremos que eI Itata sea profanado o saqueado»

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17Ricardo Bordones es uno de los profesionales regionales que estuvo detrás del hallazgo, el pasado 6 de noviembre, de los restos del vapor Itata en las costas de la comuna de La Higuera. Esta embarcación, que había zarpado desde el puerto de Coquimbo, naufragó en agosto de 1922 con más de 400 personas a bordo.
Bordones habló con LA REGIÓN sobre los detalles de esta investigación de cerca de cinco años y los desafíos que tienen por delante.

– ¿Cómo surge la idea de investigar la historia y el destino final del Itata?
– «El Itata llegó hace tiempo a mis oídos y me pareció interesante. Luego de eso nosotros (junto a Carlos Cortés – cineasta y biólogo) desarrollamos una serie de naturaleza submarina con la Universidad y nos tocó trabajando harto en el sector de Isla Choros, Isla Damas y por ahí nuevamente iban apareciendo los relatos del Itata y que no había sido ubicado, pero que estaba por ahí. Además, supimos que había una animita y una fosa común. Por ahí la historia fue prendiendo y comencé a investigar más la historia, busqué los diarios de la época, y en los archivos de la Armada llegamos al relato de uno de los sobrevivientes, un periodista que hace una crónica del embarque, las condiciones del viaje y cómo llega a sobrevivir. Es un relato bien descarnado, que nosotros reeditamos en un libro».

– ¿En qué momento ustedes deciden ir a buscar el Itata?
– «Sabíamos que estaba la tecnología para encontrar el Itata, nosotros desarrollamos ciertas hipótesis porque sabíamos a la hora que había zarpado y a la que había naufragado, pero no sabíamos cuántos nudos había recorrido, pero teníamos algunas referencias que era Isla Pájaros, la había cruzado, pero no había logrado pasar El Bajo y El Toro, y eso nos daba un área de unas 90 millas cuadradas que es mucho, pero ya teníamos una cierta noción. Empezamos a investigar a acotar el área, sabíamos que estaba la tecnología y los medios. Por ahí se nos abrieron las puertas con la Armada y nos apoyó en cuatro expediciones entre fines del 2015 y comienzos del 2017».

– ¿Y cuando tienen la información suficiente para decir dónde debían buscarlo?
– «A principios de este año fue súper frustrante porque ya habíamos desarrollado todas las hipótesis y era raro que no le encontrásemos. De hecho llevamos a una médium a la fosa común que está entre Los Choros y Punta Choros, que también era algo a lo que teníamos que recurrir para tratar de dilucidar. Habíamos cubierto un área importante y todas las hipótesis posibles, hasta que un amigo, Rodrigo Galleguillos, nos contó de un capitán de un barco que habría rescatado hace muchos años un huinche a vapor, de bronce y que lo tenía marcado en su carta náutica. Empezamos a investigar esa historia, entrevistamos al capitán… él trabaja en la pesca de arrastre…. eso nos llevó a un error de profundidades en la carta náutica y nos dio un área que no habíamos podido sondear y que tuvimos que verificar con una batimetría satelital del NOA, que es como el SHOA de Estados Unidos. Era un punto que incluso lo hubiésemos podido sondear en 2015. No teníamos los recursos para ir, pero tuvimos el apoyo de la universidad y hablamos con OCEANA para que nos pudiera facilitar el ROD que tienen para hacer el registro. Llegamos a la zona el jueves 2 de noviembre y el segundo día que íbamos a sondear en la zona hubo marejadas y tuvimos que suspender. Todos los equipos se estaban devolviendo a Santiago, pero les insistimos y volvimos el domingo 5, para estar al día siguiente en el punto….y trabajamos el lunes 6 hasta que lo encontramos».

– El día que lo que encuentra después de casi cinco años de investigación, ¿cómo fue ese momento?
– «Creo que fue mucha emoción, pero creo que en el momento no digerimos el tema porque estábamos pendiente del cable, había marejadas, se estaba levantando olas, tampoco queríamos que el ROD se nos enredara en el palo mayor que fue una de las primeras cosas que apareció en el Itata. El relajo vino después y fue como quitarse una mochila, y haber cumplido un objetivo. Pero no era una celebración de euforia, no era un tesoro el que habíamos encontrado, pero era algo más importante que eso y había que tener respeto por las víctimas».

CONDICIONES

– De acuerdo a las imágenes…¿en que condiciones está el Itata?
– «Eso es lo que tenemos que ver ahora con los equipos de la Armada. Estaría en una sola estructura con su cubierta destruida producto de la explosión de sus calderas, pero en un solo cuerpo, no se partió en dos como el Titanic. Pero tampoco pudimos estar mucho tiempo en la zona, tuvimos que devolvernos porque era complejo seguir trabajando ya que podíamos perder los equipos. Lo que pudimos ver fueron utensilios, zapatos, botellas, sacos de cemento, una especie de toneles, el Itata también llevaba granos, por eso el interés de estudiar todos los ecosistemas que tienen asociados…».

– ¿Qué es lo que viene ahora?
– «La posibilidad que tenemos ahora es hacer un mapeo digital con la Armada, con un sonar multihaz de barrido lateral y hacer una imagen 3D del barco, lo que nos permitirá tener la distribución de los restos y en qué condiciones está para luego hacer un trabajo con un ROD y con una embarcación que nos permita operar en la zona una cantidad de días».
– ¿Y alguna posibilidad de hacer quizás un museo de sitio?
– «Eso depende de lo que la comunidad y las autoridades están dispuestas a realizar. No queremos que eI Itata sea profanado o saqueado por sacar y sacar restos. La idea es que si se van a sacar restos que sean resguardados y tengan un fin específico, no queremos sacar por sacar. Para ello la mejor opción es el ROD que traerá la Universidad Católica del Norte y que se espera llegue a principios de 2018».

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