Ola de robos violentos: Terror en barrios históricos

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Hace una semana, un adulto mayor de 74 años volvió a su casa y se encontró con un grupo de delincuentes desvalijando la vivienda. Fue brutalmente golpeado. Según los vecinos de los sectores más antiguos de la Zona Típica de La Serena, como calle Las Casas, Infante, Gandarillas, Vicente Zorrilla y el Barrio Almagro, en general la delincuencia está desatada como nunca antes, con antisociales acechándolos durante todo el día para atacar en las tardes y noches. Lugareños, fundamentalmente gente de la tercera edad, se sienten inseguros y vulnerados.

Son las 13:00 horas, y a plena luz del día, por calle Las Casas, en La Serena, nada parece importar. Sujetos van y vienen por el sector, algunos pidiéndole dinero a la gente y otros mirando de un lado para otro, como al acecho, esperando para dar el golpe. Según los vecinos, son estos mismos individuos (junto a otros tantos) quienes, sin importar horario, han estado cometiendo delitos de distinta naturaleza desde hace algunos meses, generando lo que, aseguran los habitantes, es una verdadera «ola de robos».

Premeditación y violencia

Las alarmas se encendieron una vez más el pasado viernes 23. La tarde de ese día, José Madariaga, adulto mayor de 74 años, quien ha vivido toda la vida en calle Las Casas con Rodríguez, viviría el terror.
Eran alrededor de las 18.00 horas cuando el hombre retornaba a su hogar, donde vive solo. Al abrir la puerta, de inmediato se dio cuenta que algo sucedía, ya que las cosas no estaban en su lugar. Entró, dio algunos pasos haciendo ingreso al domicilio, cuando de repente vio aparecer a varios sujetos, a rostro descubierto, que estaban desvalijando su vivienda, llevándose lo que más podían.
Don José intentó detenerlos y dio la pelea. Pese a su edad, el ex trabajador minero es un hombre fornido y pensó que algo podría hacer. Sin embargo, los delincuentes, actuando con extrema violencia, atacaron a la víctima sin compasión, golpeándolo con los mismos fierros que habían utilizado para romper las puertas y ventanas traseras del inmueble, por donde entraron atravesando el patio.

Pero la gresca continuó, y cuando los ladrones pensaban que el adulto mayor ya estaba derrotado, en una actitud temeraria, Madariaga tomó uno de los fierros con los que lo habían golpeado y arremetió nuevamente contra sus agresores, esta vez con éxito. De hecho, logró impactar en el individuo que portaba el arma blanca, para luego perseguir a los otros. A esas alturas el ruido había alertado a otros vecinos y a los antisociales no les quedó otra que huir del lugar, viendo frustrado su robo.
Como consecuencia de la golpiza, don José sufrió la ruptura del apéndice y posteriormente una peritonitis, por lo que debió ser operado. Estuvo hospitalizado hasta el jueves, pero fue dado de alta y se encuentra al cuidado de sus familiares. Logró frustrar el robo, pero casi le cuesta la vida, y ahora deberá estar varios días en reposo, sin poder trabajar para generar recursos, ya que además este valiente hombre a su edad todavía no puede descansar ya que, como a muchos adultos mayores, no le alcanza con la jubilación.

Miedo y rabia

A pocos metros de donde ocurrió el robo frustrado hay un colegio, pero a los merodeadores no les importa. Están ahí, «son los que datean, se fijan en lo que hace la gente. A qué hora salen, a qué hora entran, cuántos son en la casa, para después meterse y hacer lo que hicieron en la casa del caballero», relata una molesta vecina, quien por miedo prefiere no entregar su nombre.
El temor que siente ella es compartido por los demás habitantes, quienes señalan que este sector, que forma parte del casco histórico más antiguo de La Serena, se ha convertido en un verdadero paraíso para los delincuentes, debido a que, según dicen, existe falta de vigilancia y abandono. Las zonas más afectadas serían calles como Las Casas, Infante, Gandarillas, Vicente Zorrilla y el Barrio Almagro, en general, donde la mayoría de los residentes son personas de la tercera edad que han debido reforzar sus casas para no ser víctimas de robos, y aun así no han podido contra la delincuencia.

Un mal contexto

Otro habitante del sector, preocupado por lo que está ocurriendo, remarca que, además de la «nula preocupación de la autoridad», en el barrio se dan las condiciones «ideales» para que los sujetos cometan delitos, fundamentalmente robos en lugar habitado o no habitado.
«Lo que pasa es que aquí vive una gran cantidad de viejitos, la gente más antigua de La Serena, y algunos están solos, por eso que estos cobardes eligen venir para acá. Pero influyen también las construcciones. Aquí las casas tienes los patios colindantes todas y los muros son a lo más de una altura de dos metros, por lo que a una persona medianamente joven no le cuesta nada saltarse», enfatiza, agregando que, «siempre han existido robos y delitos acá, como en todos lados, pero nunca al nivel que están sucediendo ahora».
Pedro, también vecino, ratifica que los delincuentes actúan de noche y de día. «En el día andan sapeando y robando accesorios de autos, y en la noche o en la tarde se meten a las casas. Así operan ellos», remarca.
Asegura que la situación se ha vuelto grave, porque no es gente del sector la que está actuando, sino que serían personas que «bajan principalmente desde La Antena y otras poblaciones peludas. Aquí se salvan los malditos».

Dando la cara

Durante el recorrido por el sector, nadie quiso dar su nombre, pero quien pidió incluso que se publicara, fue don Carlos Madariaga, hermano de don José y ex dirigente vecinal. El hombre todavía siente rabia por lo que le ocurrió a su familiar y es uno de los que se encuentra cuidándolo por estos días, ya que vive en la casa de al lado.
Madariaga es categórico. «El sector está muy malo. De partida, martes, jueves y domingo acá roban, fijo, porque es día de feria y los delincuentes ya tienen vistas a las personas, el horario en que se van y cuánto se demoran, para robar tranquilos», sostiene, agregando que, «es urgente que tengamos mayor vigilancia de Carabineros. A mi hermano casi lo matan y le puede pasar a cualquier persona. Aquí nosotros prácticamente debemos vivir encerrados y a cierta hora ni se puede salir, y aunque no salgas, ni siquiera adentro estás seguro, porque los delincuentes se tomaron todo».
Así es la compleja realidad que afirman vivir en el tradicional sector de La Serena, que hoy tiene a los habitantes luchando contra el miedo y la sensación de inseguridad, pese a tener la Primera Comisaría sólo a un par de cuadras.

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