Desde el sector comercial de Avenida del Mar, llaman a la calma y aseguran que los locales podrán realizar las cenas y fiestas de Año Nuevo sin ninguna complicación.
La alerta por marejadas anormales para el norte del país, se hizo sentir este domingo en la región de Coquimbo. Si bien el llamado realizado por las autoridades locales a la precaución y a no acercarse a las orillas del mar evitó efectos adversos para la ciudadanía, muchas de las playas se vieron inundadas, afectando, aunque en menor medida, a algunos locales.
Si bien las infraestructuras que se llevaron la peor parte fueron menores, ya hay algunos balances sobre el fenómeno que, según la información oficial de la gobernación marítima, se extendería hasta el término del año.
Efectos en la costa regional
La región de Coquimbo cuenta con diversos sectores de costa emblemáticos, caletas, playas, puertos, lugares en que se vivió de diferente manera el fenómeno que aún se mantiene.
Raúl Sanders, empresario gastronómico de Tongoy, quien fue también presidente de la cámara de turismo de la región, comentó lo vivido en dicho sector. «Hemos estado bastante preocupados, porque anoche (domingo) el agua subió al paseo costero por un desembarcadero de lanchas que está junto a la caleta de pescadores. Menos mal que el muro que colinda con el lugar ayudó a la contención».
Según explica, gracias al muro, el mayor incidente fue el ingreso del mar hasta dicho límite, dejando el borde costero excedentes de piedras, basura y arena. A su vez, comenta que fueron lugares puntuales que se salvaron de un mayor desastre.
«Hemos tenido un alza del nivel del mar considerable, pero gracias a Dios no ha producido daño ni en la infraestructura del paseo ni tampoco a los locales comerciales particulares. Pasa que la playa grande de Tongoy es una bahía muy resguardada por el cordón montañoso de Puerto Aldea, no así en Bahía Barnes, donde el agua actúa con mucha más fuerza, o en el sector de Puerto Velero, donde habría alcanzado un restaurante que está más hacia la orilla del mar»
Si bien hubo lugares específicos que se vieron más afectados, como fueron el sector de La Herradura, la Avenida del Mar, el sector comercial no habría tenido mayor problema, así informa María Antonieta Zúñiga, gerente de Barrio del Mar, enfatizando en la oportuna ejecución del plan de contingencia de empresarios asociados y concesionarios, más el respaldo de la Armada.
«Seguimos trabajando en la medida en que tenemos marea baja para hacer todos los ajustes a los pretiles, ir removiendo un poco más de arena para enfrentar el alta que tenemos hoy día (ayer) en la noche. A la par del trabajo iremos evaluando diariamente».
Zúñiga comenta que hay especial cuidado, ya que hace semanas que muchos locales ya están con sus reservaciones a tope para la noche del Año Nuevo, por lo que se trabaja en pos de mantener las mejores condiciones para los usuarios.
«Aquí la mayor preocupación es acercarse a la orilla del mar, pero en los locales tenemos todo resguardado, no tenemos problemas, estamos trabajando con las tablas de marea en la mano, sabemos que vamos a darle seguridad a las personas. Y si no fuese del caso, son anuncios que van a salir difundidos por todas partes».
Se mantiene la alerta
En cuanto al desarrollo que tendrán las marejadas, el gobernador marítimo de Coquimbo, comandante Ricardo Alcaíno, asegura que las condiciones de marejadas anormales «se mantienen vigentes, inclusive hasta el día de mañana (hoy), teniendo su peak hoy día (ayer) a eso de las 21 a 22 horas».
Sin ir más lejos, el pronóstico que se manejaba este lunes, expresaba que se mantendrían olas de entre 1.5 y 2.5 metros de altura, generando el mismo nivel de riesgo hasta el 1 de enero de 2025.
En cuanto a la situación vivida durante el fin de semana y parte del pasado lunes, no se habrían registrado mayores afectaciones ni grandes situaciones, ni para personas ni para caletas o terminales marítimos. De todos modos se reitera el llamado al autocuidado.
«El llamado a la autoprotección, que se tomen las medidas de seguridad, que escuchen a las personas que están trabajando para ello, como salvavidas, personal municipal, personal de la delegación presidencial, la autoridad marítima, para evitar riesgos». Adicionalmente, expresa que siempre la primera medida de seguridad es la que toma cada persona.
Por otro lado, Cristian Encalada, instructor de surf local y miembro del equipo técnico de parasurf de la federación nacional de surf, enfatiza lo peligroso que es confiarse con el mar. «Haciendo surf ya conocemos los cordones de olas, sabemos que entran fuertes unas 6, 7 olas grandes y después vuelve una calma, donde la gente se puede confiar y creer que ya pasó y avanzar. Pero después de 15 minutos vuelve el oleaje fuerte, generando un gran peligro para la gente que pueda estar en el agua».