Pampilla en familia: «La vida de los que acampan durante la celebración nacional en Coquimbo»

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2Si hay algo que llama profundamente la atención durante estas celebraciones y que marca un símbolo de tradición propia coquimbana, es el hecho de acampar todos los años en el recinto de la Pampilla, para celebrar en torno a la familia, junto a un rico y jugoso asado, para rememorar vivencias y afianzar lazos de amistad con quienes comparten el resto del año.

Y es que el ver tantas carpas de diferentes colores, los terrenos repletos donde comparten cientos de familias y «vecinos» de estas fechas, invita al forastero a querer conocer la forma cómo se la ingenian para convivir estos  ciudadanos que vibran cada vez que se aproximan las fechas donde se celebra un nuevo aniversario de nuestro país.

Diario LA REGIÓN se sumergió entre los diferentes terrenos con singulares nombres, rodeados de botillerías familiares provisorias, ventas de carbones y de un tramo a otro, con ese aroma a carne asada bien condimentada que surge de manera espontánea, con la idea de conocer más profundamente a quienes dan real vida a esta tradición que viene desde los tiempos en que se llegaba a caballo y en carretas.

Entre mallas azules y verdes en torno a un largo y elevado camino de tierra, nos encontramos con Yasna Urra y la ramada familiar «El Tatita», que hicieron en honor a su suegro, fallecido hace un año y quien dedicó parte de su vida y trabajo en el sector de los servicios higiénicos en el espacio pampillero.

En este sitio familiar participan 34 personas de diferentes sectores de la ciudad puerto, entre niños y adultos, quienes buscan rescatar la tradición que él les inculcó y donde aprovechan de estar en familia, sobre todo «para mi suegra, porque en estas fechas es penoso cuando se acuerda de él y nos juntamos para pasarlo súper bien. Esta ramada es en honor a él».

Llegaron el sábado pasado en la mañana y a pesar de la lluvia que hubo temprano, no impidió que se instalaran con sus mallas y carpas. Algo que ella rescata es la notable presencia policial, ya que «hay muchos carabineros y eso es bueno, sobre todo por la gente que se va a trabajar durante estos días».

Misma opinión es la que comparte Estefany Mora, que vive en Parte Alta y a quien sorprendimos tomando un desayuno familiar junto a sus hermanas Fabiola y Alejandra, su cuñado Felipe Álvarez y el pequeño sobrino Luis Pablo, en la ladera sur de la Pampilla. «Carabineros anda por todos lados, antes no se veía que vinieran por aquí arriba, hay harta seguridad», indicó.

El día 17 llegaron hasta su terreno  para compartir estas fiestas. «Tenemos como tradición venir todos los años, desde que mis bisabuelos venían en carretilla y a caballo». Con respecto al show de este año, ella opina que «el año pasado estuvo mejor, este año está más pobre», sobre todo por los artistas a quienes considera «que no apuntan a todo el segmento familiar».

Transitando detrás del escenario, inmediatamente nos llamó la atención el ritmo de reggaetón proveniente del terreno de la señora Cecilia de Tierras Blancas, quien acampa desde hace 3 años junto a otros 16 familiares. Ella considera que es «buena experiencia, porque aquí vengo a relajarme y salir del estrés de la casa». Además indicó que «lo primero que vamos a hacer llegando todos del trabajo es un buen asado, con harto pebre y con buena música».

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