Pandemia deja un cementerio de negocios en el suelo

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Avenida del Mar, el centro de La Serena y Coquimbo, la caleta de Peñuelas, son algunos de los lugares en donde se concentra el cierre de locales, ya sea por orden de la autoridad o donde algunos bajaron la cortina para siempre, como el mítico Duna, el Café Amicci o Bahamas.

Uno de los rubros más impactados por la emergencia sanitaria del Covid-19 ha sido el de los cientos de restaurantes, pubs y cafeterías que desde marzo no han podido atender público de manera normal. Si bien muchos de ellos han permanecido cerrados desde que comenzó la crisis, otros buscan alternativas para seguir funcionando y poder salir adelante en medio de la incertidumbre, como el despacho a domicilio y retiro en el local, pero con el pasar del tiempo no todos han corrido con la misma suerte.

Uno de los casos que llamó la atención en los últimos días fue el del conocido pub Duna, que por redes sociales había dado a conocer su cierre, Armando Tapia, periodista y vocero del local, comenta que el local abrió en 2005, «cuando se incendió el Club Croata, un lugar emblemático para la música en vivo, para el rock, y apareció por fortuna este espacio y atrajo a ese público», relata.

Respecto al cierre, señala que atenderá hasta el 30 de junio, «es un duro golpe que por estas circunstancias, primero por el estallido social y luego la pandemia, se hace insostenible pagar un arriendo que no tenía rebajas pese a lo que estaba pasando, estaba como delivery, pero no da para cubrir las grandes sumas que se pagan mensualmente, así que después de 15 años el Duna tiene que cerrar sus cortinas y eso nos afecta tanto a los clientes como a los que hacíamos eventos».

A futuro, sostiene que «habrá que reinventarse y ver que se hace porque muchos espacios están cerrando y la bohemia serenense se está viendo afectada».

15% de las ventas habituales

Por su parte, Rodrigo Estay, director de la Cámara de Comercio y dueño del restaurante Terrazas, que bajó su dotación de 35 trabajadores a 5, y se ha mantenido como delivery, comenta que todo este tiempo ha sido duro, «cambia tu vida, tus círculos, todas las personas que trabajan contigo ya no están, y tienes que luchar por mantenerte vivo, y ahí estamos… tratando de atender a las personas bajo el formato de delivery, llevando nuestra mejor atención a las casas, desde un pisco sour en botella, pizzas, ceviche, todas las cosas que tenemos transformadas para la casa».

Consultado si la opción de delivery es rentable, sostiene que «salva, para las personas que podamos estar vivos y para los que puedes contratar, tenía 35 trabajadores, ahora solo 5… nosotros nos estamos salvando y viviendo de lo que nos está sustentando este negocio, y obviamente es insuficiente».

«Es el proceso, queremos hacerlo y cumplir, poder entregar la mejor experiencia a las personas que puedan tener en este caso», añade.

Respecto al porcentaje de ventas, señala que no superan el 15% de lo que era habitualmente, «hay grandes temas de arriendo, de personal, de todo lo que implica mantener una infraestructura y luchar con esto».

«Invitamos a las personas a que prefieran las empresas chicas, a que piensen que somos muchos tratando de hacer lo mejor y reinvitándonos ofreciendo los mejores servicios, y apoyar a las personas que más podamos, porque hay gente que lo está pasando muy mal y eso lo tenemos claro», agrega.

En relación al instructivo de reapertura de restaurantes anunciado por el gobierno, Estay sostiene que no hay nada formal, «abiertamente hay gente que no se va a poder acoplar a eso porque no es viable. Creo que deberían haber distintas conversaciones para ir mejorando, para ver como abrimos».

Patricio Araya, presidente de la Cámara de Comercio de La Serena, en primer lugar lamenta el cierre de locales, porque son emprendimientos a nivel regional, «eso nos duele a nosotros como gremio, porque son emprendedores que están cerrando sus puertas y dejan a colaboradores de ellos, incluso algunos por años, que quedan sin trabajo». «El otro tema es que esto viene del estallido social, desde octubre, ahí empezó todo lo que nos afectó a los comerciantes del centro de la ciudad, porque se hacían acá. Después tuvimos un Veranito de San Juan en enero y febrero, en donde no tuvimos la visita de los argentinos pero si del turista nacional», añade.

Araya enfatiza en que «de ahí llegó la pandemia en marzo y se ha quedado hasta el día de hoy y nos terminó de liquidar. Nosotros lo único que esperamos es que la gente nos prefiera a nosotros, porque se vuelve a reinvertir en la región».

Consultado por las ayudas estatales, comenta que «primero fue la situación del Fogape, que fue a través de los bancos, eso fue lento, se hicieron gestiones de la directiva del comercio a nivel nacional, donde tuvimos reuniones a través de Zoom con el presidente del BancoEstado, y el de pequeñas empresas, y los presidentes de las cámaras, hablamos con el ministro de Economía, y le hicimos ver la lentitud».

«Ellos lo vieron y analizaron, y efectivamente ha habido mucha la demora, papeles que no correspondían, y ahora viene una segunda etapa, porque esto no ha terminado, no tiene una fecha de corte, y se han agilizado algunas ayudas directas», concluye.

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