Si bien el presidente del sindicato de trabajadores, Patricio Basaure, lamenta la demolición del antiguo inmueble a fines del año pasado, espera que la nueva obra se convierta en «un ícono de la ciudad y que el coquimbano se sienta orgulloso de él».
En diciembre del año pasado, el antiguo inmueble, que tenía más de 100 años, fue demolido. En su lugar se levantaría un edificio de oficinas comerciales y estacionamientos, proyecto que hoy se mantiene.
Pero, como una manera de apoyar a los propietarios de restaurantes y verdulerías del recinto, el Ejecutivo, a través de Corfo y el Gobierno Regional, comprometió la construcción de nuevas dependencias frente al terminal de buses de la ciudad, específicamente en calle Varela #1337.
Establecimiento que lleva el nombre de Nuevo Mercado de Coquimbo y se espera abra sus puertas a fines de mayo, situación que para el concejal Guido Hernández es muy positiva, pues permite «resguardar el patrimonio material, las costumbres, las tradiciones y la buena cocina porteña».
Quien ha estado involucrado en el proyecto desde el comienzo es Patricio Basaure Flores, presidente del sindicato de locatarios y trabajadores del Mercado, y respecto al estado de avance del establecimiento, indica que «ya tenemos hechos los contenedores y lo hicimos en forma de food trucks. También existe un espacio común de comida», aunque añade que es «más reducido» que el del antiguo sitio.
En cuanto a los trabajos que faltan para dar por finalizada la obra, declara que «estamos esperando el tema del alcantarillado y el agua potable, visto que lo estamos haciendo conforme a toda la formalidad posible: con las patentes y autorización de higiene ambiental, es decir con todo lo que corresponde, con el fin de que la gente se sienta bien llamada a venir a visitarnos».
Basaure señala que la obra tiene un valor de «unos 200 millones de pesos, incluido el arriendo y los gastos que tienen que ver con el mejoramiento del terreno, porque este era un lugar lleno de basura y tuvimos que usar maquinaria pesada, lo que conlleva gastos».
En cuanto a la repartición de los gastos, detalla que «tuvimos un aporte menor del municipio de Coquimbo, que nos ayudó con algunas cosas, un aporte fuerte de Corfo y dineros del Gobierno Regional, cercano a los 78 millones de pesos, lo que es un 40%, más o menos, del total del proyecto».
Agrega que «el resto lo pusimos nosotros», pero no fue fácil juntar tal suma, «pues nos tocó la mala, que fueron dos años de pandemia y algunos no estaban trabajando, fuimos desalojados, unos se reinventaron, otros no, entonces así cuesta más sacar la plata. Si ya se agotaron los recursos, uno aporta también con sus pequeñas pensiones».
En el nuevo espacio se espera que laburen «entre 60 y 70 trabajadores directamente involucrados, porque hay otros indirectos, que son quienes nos proveen los insumos, como pescado, mariscos y otras cosas».
El Nuevo Mercado «se conformará de 11 locales hasta el momento, pero puede que se agregue uno más, pero eso está por verse porque depende de la disponibilidad del espacio».
Aún sin abrir, el lugar ya ha necesitado de cuidado adicional, porque como señala el representante de los trabajadores, «hemos tenido que costear vigilancia, puesto que se están metiendo los amigos de lo ajeno».
No obstante, entiende que es «parte del oficio, ya que una vez funcionando la vigilancia, esta será mayormente en la noche, mientras que ahora es día y noche».
En ese sentido, precisa que no han estado solos, «ya que Sercotec hizo un aporte importante con cámaras de vigilancia», igualmente contribuyó con «publicidad, contenedores de basura y máquinas para tomar la temperatura, considerando la situación de la pandemia, todo por un costo de unos 10 millones de pesos, así que eso hay que destacarlo».
Basaure explica igualmente que con este Nuevo Mercado «queremos cubrir una necesidad que tiene la ciudadanía para alimentarse en el día, porque las personas colapsan los pocos locales de comida que hay, y considerando una cantidad importante de funcionarios nuevos que llegarán al municipio, tenemos que cubrir esa necesidad».
Además, el Mercado servirá para promover la venta de productos de la zona, como papayas al agua y confitadas, así como jugos de este fruto.
Aunque se siente contento con la próxima apertura del nuevo inmueble, manifiesta que «esto no va a remplazar de ninguna manera el noble edificio que lamentablemente echaron abajo, eso era parte de nuestra historia, pero sí queremos que este mercado sea llamativo, un ícono de la ciudad y que el coquimbano se sienta orgulloso de él, por lo que esperamos nos favorezcan con su asistencia», concluye.