Luego de las declaraciones de la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, quien calificó al eje histórico entre el Partido Socialista y la Democracia Cristiana como «tóxico», a causa de diversas pugnas internas, estos dichos no cayeron muy bien en las dirigencias de ambas colectividades.
A nivel regional, esto se suma a las divergencias que han existido en la región –principalmente en el Distrito 7- en donde se ha generado una especie de pugna entre ambos partidos, marcada por los enfrentamientos a la hora de competir en diversas elecciones parlamentarias (Díaz-Cifuentes; Díaz-Villalón; Saldívar-Jacob; o Saldívar Velasco, por ejemplo).
Un último escenario se dio en las pasadas elecciones en la región, en donde primó la alianza entre el PS-PPD-PC por un lado, y DC-PRSD por otro, a nivel de parlamentarias en el Distrito 7.
Sin embargo, algunos políticos de la zona desestiman que exista tal quiebre, considerando que históricamente ha existido un pacto electoral a nivel de concejales y últimamente a nivel de consejeros regionales.
El diputado reelecto Matías Walker (DC), declaró que «no creo que se quiebre el eje entre la Democracia Cristiana y el Partido Socialista. Creo que fue ese eje el que permitió la conformación de la Concertación por la Democracia, la recuperación de la democracia, con lo que logró unir las fuerzas democráticas para terminar contra la dictadura. Son los partidos que tienen más doctrina dentro de la Nueva Mayoría, más historia».
En tanto, Raúl Saldívar, diputado electo, comentó que «si tenemos en cuenta la suma y la cohesión, son naturales y existen en los distintos bloques, determinada movilidad que es natural frente a ciertos temas o ciertos escenarios políticos, pero lo importante es tener presente que uno de los referentes y uno de los factores que va a determinar la unidad es precisamente el programa de Michelle Bachelet».
Por su experiencia como legislador, Walker agregó que «por lo que yo veo en el Congreso, es de continuar una relación de fraternidad, de trabajo, de colaboración, entre la DC y el PS. Lo demás son acuerdos más bien administrativos como los que pueden existir en la Cámara de Diputados para fusionar los comités, como el caso de la Democracia Cristiana con el Partido Radical».