Ya antes de asumir su cargo, hace un año y medio, Patricio Graff confiaba en mostrar su trabajo y que la gran cita sería una buena campaña. Nada más. Y hoy, el técnico argentino está a noventa minutos de cumplir con ese objetivo, con un equipo que ha dado que hablar, con una idea y un estilo definido que él supo impregnarle. Por lo mismo, ya palpita esa gran cita, frente a Puerto Montt, este domingo en un repleto Francisco Sánchez Rumoroso.
Sereno y reflexivo, el DT de Coquimbo Unido disfruta lo conseguido hasta el momento y sabe que lo que ocurrirá este domingo quedará en la memoria de todos. También para él y su cuerpo técnico.
“Para nosotros que llevamos un año y medio acá, sin lugar a dudas que es el partido más importante, pero para llegar a este compromiso tan fundamental tuvimos que pasar por otros 29 partidos súper importantes también”, dice Graff, quien pareciera mantener el pulso sereno, ajeno a los ruidos.
“Hasta el día de hoy nosotros no tenemos la seguridad de nada, porque mientras no lo tengas no puedes estar tranquilo. Si es cierto que desde el primer partido que comenzamos a jugar, vimos que los jugadores entendieron nuestra idea y la forma de trabajo la hicieron parte de ellos, asó que nos quedamos tranquilos”, señaló.
Los hinchas, la ciudad y el alcalde Marcelo Pereira, quieren luego la fiesta. Y los jugadores saben de ello. También el técnico, quien afirmó que “hay noventa minutos que nos separan del objetivo, en donde el rival también quiere romperte la fiesta que uno viene preparando. Sin embargo, por la forma en que nosotros tenemos que jugar de local y porque tratamos siempre de hacer las cosas, no tengo dudas de que todo va a salir bien. Pero todo esto hay que llevarlo a cabo, puesto que las palabras hay que pasarlas a los hechos”.
Respecto a que cómo se motiva a un plantel que está a pocas horas de enfrentar el partido más importante de la institución en los últimos años, sostuvo que “no hace falta más motivación de la que es saber jugar una final y saber que puedes conseguir algo no sólo para la institución, sino que también para la región, para una carrera particular de cada jugador. Creo que la motivación pasa por uno mismo y bueno, el apoyo de la gente es bien recibido y en ese caso, a estadio lleno, será mejor todavía”.
Aunque a esta altura ya no hay más que decir, sino que sólo entrar a la cancha y cerrar de buena manera lo realizado a lo largo de todo el año, el técnico argentino reconoce que “en todos los partidos hay que poner un poquito más de refriega, es cierto. También experiencia, jerarquía. En algunas situaciones, en algunos partidos, en los que el objetivo queda lejano, puede pasar, pero en estos partidos que son importantes, sin duda que la experiencia y la hombría marcan los momentos claves a la hora de conseguir los objetivos”.
Si bien muchos hinchas esperaban festejar la semana pasada para no alargar la incertidumbre, el haber conseguido un empate no fue tan malo desde el punto de vista futbolístico.
“Quedamos satisfechos porque hicimos un buen partido y tranquilos porque habíamos sumado, lo que para nosotros era importante, ya que manteníamos la diferencia con el segundo que era la lógica y hasta muy buena”.
De la misma manera, el entrenador valoró el trabajo de todo el equipo, señalando que “nadie daba dos pesos por nosotros a comienzo del campeonato. Nadie imaginaba que nos íbamos a encontrar en la última fecha en esta situación, porque si había que elegir a un equipo que pudiera llegar a esta instancia, era cualquier otro y menos Coquimbo Unido. Pero estamos satisfecho por eso, así que trataremos de aprovechar esta última oportunidad”.
Este jueves se realizó el banderazo, donde más de dos mil hinchas llegaron hasta el reducto porteño para entregar aliento al plantel. A algunos les podría parecer una presión extra, pero para Graff es una inyección anímica tremenda, “ya que la presión para nosotros no es eso, debido a que la alegría de la gente nosotros tenemos que transformarla en hechos reales, que sea absoluta. Por eso el apoyo siempre es bien recibido, ya sea con un banderazo, con pantallas en la Plaza de Armas, con seguridad para que los hinchas no corran riesgo… Todo esto es un apoyo que al jugador le hace bien y después, el momento depende de nosotros, de los once jugadores que entran a la cancha”.