Arduas diligencias que continuaron hasta el cierre de esta edición, consistentes a la búsqueda de posibles testigos y la toma de entrevistas a familiares y amistades, realizaron detectives de la Brigada de Homicidios, de la Policía de Investigaciones, PDI, para identificar y dar con el paradero del o los autores del homicidio de Felipe Aracena Vargas, de 24 años, que pereció en la tarde del pasado sábado tras ser golpeado en la cabeza.
Los indagadores definieron que Carabineros de la Tenencia paihuanina a las 16:30 horas del sábado recibieron una denuncia de un maltrato animal contra un perro en el centro de la localidad.
Pero al llegar a calle Balmaceda los policías encontraron semiconsciente tendido en el pavimento con una herida sangrante en la cabeza a Aracena que residía en La Viñita de Vicuña.
En esos instantes debido a que la ambulancia solicitada no llegaba, los uniformados subieron a la cabina de la patrullera a Aracena, para llevarlo al cercano Centro de Salud Familiar, local ubicado en la misma calle Balmaceda.
Sin embargo en el trayecto casi frente a la Plaza de Armas, el herido abrió la puerta para lanzarse al pavimento con la aparente intención de huir, por lo que nuevamente fue auxiliado por los carabineros, que le brindaron atenciones hasta que arribó la ambulancia que llevó al joven al hospital de Vicuña en que murió a las 18:20 horas por la gravedad del Traumatismo Encéfalo Craneano, Tec, que padeció.
Los detectives descartaron que la caída del carro policial causó el deceso de Aracena, que no contaba con antecedentes penales, definiendo que el Tec le fue provocado por terceros que le propinaron un golpe con algún elemento contundente con tal fuerza que le hundió el cráneo.
Ayer, el fallecido tras una ceremonia religiosa en Vicuña fue sepultado en el cementerio local en medio del dolor de parientes y allegados.