Son distintas las obras que han necesitado dinero extra para que puedan continuar su ejecución, de lo contrario quedan abandonadas. Esta situación, al parecer sería una costumbre que dejó ver el consejero regional Jaime Herrera, por lo que desde ahora tendrán mayor cuidado en el etapa de diseño y presupuestos.
No es nuevo que cada cierto tiempo en los medios salga que obras de mayor o menor tamaño tenga que conseguir dineros extras a los presupuestados originalmente para no correr el riesgo de que las edificaciones queden abandonadas.
El edificio consistorial de Coquimbo, el de Los Vilos, estadios, el Mercado del Mar, son algunas de las obras que han tenido que solicitar varios miles de millones para poder ser continuadas.
LA REGIÓN conversó con el consejero regional por el Choapa Jaime Herrera, quien integra la Comisión de Régimen Interno, al respecto señaló que «hay muchos proyectos emblemáticos a los cuales se necesita que se le entreguen más recursos para que no queden abandonados y se puedan terminar».
«Si bien, el Consejo tiene la condición que esas obras tienen que terminarse, porque no se pueden dejar botados 4 mil millones de pesos, como es el caso del consistorial de Los Vilos, o 10 mil millones en el caso del consistorial de Coquimbo, tenemos la convicción de entregar los recursos necesarios para terminarlas, pero sí hacia el futuro todas las obras que se realicen deben tener mucho cuidado en el tema de los diseños y cálculos, y hacer una revisión mucho más profesional respecto de las obras», agregó.
Herrera manifestó que al menos los consejeros que se integraron al cuerpo colegiado el año pasado, han tenido una preocupación en las sesiones y comisiones por el tema de que obras que comenzaban costando mil, terminaban costando dos mil o tres mil millones.
LOS CONSEJEROS ANTIGUOS…
«Los consejeros antiguos defendían la posición diciendo que en todas las obras se debe hacer un suplemento final porque hay situaciones que se presentan y que no estaban consideradas, pero más es un tema de eficiencia, sobre todo cuando se elaboran los proyectos y los diseños con los cálculos que se realizan», sostuvo.
El Core ejemplificó que muchas veces sucede que hay empresas que por ganarse una licitación tiran presupuestos más bajos, sabiendo que nos les va a alcanzar pero igual van a haber dineros suplementarios que les va a conceder, por lo que tendrán una posición más crítica al respecto.
Respecto a la indemnización que tendrían que pagar el municipio, el IND y el Gobierno Regional por la construcción del Estadio La Portada, Herrera aclaró «que son platas que no estaban presupuestadas, y que legalmente no se pueden sacar del presupuesto de inversión que tienen los gobiernos regionales».
Obras emblemáticas
Son varias las obras emblemáticas que han necesitado aportes suplementarios para que no queden botadas, el consejero puso el caso del estadio de Canela, «tiene un 50% de avance y están pidiendo 2.600 millones de pesos más, esa obra quedó abandonada porque la empresa la finiquitaron por incumplimiento, son proyectos que quedan ahí, a medio terminar, y que después cuesta bastante más dinero poder retomarlas y finalizarlas», dijo.
«Desgraciadamente, cuando hay que poner más plata, hay que hacerlo, pero a futuro siempre nuestra preocupación va a ser que las cosas se hagan con mayor eficiencia y que no se despilfarre el dinero de todos los chilenos», agregó.
A futuro se vienen nuevas obras emblemáticas, como los hospitales de La Serena, Coquimbo e Illapel, en este escenario Herrera puntualizó que «se está viendo el tipo de financiamiento que se va a realizar, me parece que los hospitales de La Serena y Coquimbo van a ser con otros recursos, y estaban viendo la posibilidad que sean concesionados».
«No así el de Illapel, pero igual son proyectos de gran envergadura y una inversión gigantesca, e indudablemente hay que tener las precauciones necesarias para que efectivamente los diseños cumplan con todo lo presupuestado y no quedemos con un edificio a medio terminar», concluyó.
Fiscalizaciones en terreno
El consejero comentó que para prevenir estas situaciones aplicaron la política de salir a fiscalizar las obras en terreno y no encontrarse con sorpresas durante la ejecución, con la finalidad de cuidar y optimar el uso de los recursos públicos.