Con total impunidad, una turba quemó y destruyó el Centro de Especialidades Médicas y Abastecimiento del hospital San Pablo, de Coquimbo, provocando pérdidas materiales por unos $ 150 millones, sin considerar los daños al edificio, que es de propiedad de un particular que lo arrienda.
Los exaltados, que antes armaron barricadas en calle Salas, rompieron las protecciones y cierres de los accesos ingresando a robar y dañar los boxes de atención. Arrancaron de sus bases sillones para tratamiento dental, y luego encendieron fuego en el segundo piso del inmueble.
Marcelo Ramírez, médico ortodoncista, jefe del Servicio de Odontología del hospital San Pablo, explico que la pérdida del centro deja sin atención a más de 500 pacientes de la región.
«Esto va más allá del tema de dinero, porque como unidad de especialidades tenemos muchas derivaciones de pacientes de distintos puntos de la región, y así prestamos un servicio social, porque acá teníamos la especialidad de trastornos temporomandibulares y dolor orofacial, y ortodoncia, que están ligado a la corrección de malformaciones a nivel maxilar y mandibular… me parece increíble que ocurra esto, ya que ni en la guerra atacan a los hospitales»
«Acá brindábamos la mejor atención, contando con buenos insumos para atender a la gente de más escasos recursos y a sus hijos, por eso nos vemos afectados en ese sentido, por el rol socia que cumplíamos como hospital y como profesionales. Ahora le digo a las mamás de los pacientes que nos vamos a demorar en la atención por ahora, pero vamos a reconstruir para poder darles esa atención que ellos necesitan», explica.
En mismo tono, Miguel Fuentealba, médico odontólogo del San Pablo, lamenta la afectación que sufrirán los usuarios, considerando que perdieron el único centro de especialidad odontológica del sistema de salud público de la zona.
«Esto es terrible, acá hay un evidente daño económico que se va a evaluar, pero lo principal es que hay un daño moral importante, porque acá se atienden muchas personas por trastornos temporomandibulares y dolor orofacial, que es mi especialidad, ya que yo soy el único especialista a nivel regional, y atiendo a pacientes de toda la región, desde son derivados, ahora, en la mañana, varios pacientes que venían de lejos me preguntaron cómo se iban a atender, y ahora comienza todo a complejizarse, porque acá se hace atención odontológica terciara, como cirugía ortognática, que son pacientes que requieren una intervención después delos tratamientos iniciales».
Después de un catastro inicial y tras brindar palabas de aliento al equipo médico y de funcionarios, la doctora Ana Farías, subdirectora de la atención cerrada del hospital coquimbano, expresó gran pesar por la imposibilidad de seguir atendiendo a la comunidad de más escasos recursos, avaluando el daño material en un una cifra millonaria.
«Nosotros siempre trabajamos arduamente por atender a la población que no tiene recursos, y en este momento nuestros funcionarios están sumamente afectados porque ahora no van a poder hacerlo, y el daño para el usuario es difícil de definir ya que recibimos pacientes de toda región y ahora sus prestaciones se van a ver diferenciadas, retrasadas, o tal vez no se van a poder realizar en el corto plazo, lo que es muy grave».