En Chile hay unos 200 mil lobos marinos, que al carecer prácticamente de predadores se multiplican a discreción.
Estos animales se alimentan de las capturas de los pescadores y causan daños en aparejos, así como en las propias embarcaciones.
El concurso de ideas se suma a otras acciones que forman parte de la estrategia concebida por la Subpesca para encarar el problema del lobo, como un censo para medir la población de estos animales en las costas nacionales, un manual de buenas prácticas dirigido a pescadores, y pruebas con ultrasonido y viradores (elevadores de capturas), en distintas zonas del país.
El subsecretario de Pesca y Acuicultura, Eduardo Riquelme, felicitó a los ganadores y destacó el carácter innovador del concurso: «Les pedimos a los propios afectados, vale decir a los pescadores, que propusieran fórmulas para encarar las complicaciones que genera este mamífero. Estábamos muy esperanzados de que surgirían buenas ideas, y así ocurrió. Las iniciativas ganadoras serán implementadas de manera piloto. El próximo año lanzaremos una segunda versión de este certamen», sostuvo la autoridad.
El promotor de la idea de la orca mecánica, Christian Varela, del sindicato de pescadores de Mantos de Hornillos, advirtió que él mismo construirá el cetáceo mecánico, al que comparó con un «animatronic».
El proyecto de Varela considera combinar su orca con un dispositivo que emita sonidos parecidos a los de este animal, uno de los pocos predadores del lobo marino.
«Nosotros hemos hecho intentos previos y hemos detectado diferencias en la reacción de los lobos marinos hacia los distintos sonidos de orcas. Con ellos hemos visto que los lobos marinos huyen, aún sin contar con un ‘animal mecánico’ de unos 7,7 metros, que es la idea de la iniciativa», explicó el ganador, con experiencia como buzo y alguero.
Varela advirtió que él mismo construirá la orca, a partir de planos disponibles, y que su iniciativa es totalmente practicable en las costas chilenas. «Lo que debemos hacer es construir la orca, con un eje de plomo en el centro, de manera que su movimiento sea similar a un ‘mono porfiado’. Así, al venir una ola solo la pueda girar, pero nunca darla vuelta», precisó.