Sujeto imputado, según aseveró la fiscalía, luego de un encontrón momentos previos, fue directamente a comprar un cuchillo cocinero de 23 hojas con la clara intención de dar muerte a la víctima César Díaz Araya. Finalmente, la magistrada decretó la prisión preventiva por el plazo que dure la investigación, y se le formalizó por homicidio calificado.

Pasadas las 15 horas de ayer jueves comenzó la audiencia de formalización y discusión de medidas cautelares, por el caso del homicidio ocurrido en la comuna de Illapel.

El hecho, ocurrido el día lunes en pleno centro de la ciudad, causó conmoción a nivel regional, por la alta afluencia de gente que transitaba por la calle en momentos en que ocurrió el asesinato, grabando el suceso y haciendo viral la macabra escena.

Si bien el presunto autor del crimen fue detenido el mismo día por personal de Carabineros, con la ayuda de la comunidad, el Ministerio Público había solicitado la ampliación de la detención, por faltar una serie de documentos claves para llevar a cabo el procedimiento.
La audiencia, que, en principio, se pensaba iba a poder ser presenciada en su totalidad por los medios de comunicación, finalmente fue privada en la mayor parte de su desarrollo, a petición tanto de la Fiscalía como de la defensa del imputado.

Sin embargo, durante los pocos minutos que se tuvo acceso, se dio a conocer un hecho clave que hasta ahora era desconocido, y que tiene que ver con la premeditación del hecho.
Pues bien, recapitulemos. Tal como ya se ha informado, la pelea entre la víctima, Cesar Díaz Araya, comerciante ambulante de 50 años, y el victimario, un ciudadano venezolano de 27, con amplio prontuario policial, había comenzado con anterioridad al enfrentamiento final que terminó con la muerte de Díaz.

Fue en el relato del fiscal, donde se pudo corroborar que el imputado por homicidio, aparentemente, planeó el asesinato. Esto, porque durante la primera parte de la pelea en calle Buin, ninguno de los sujetos se encontraba armado y el comerciante ambulante sólo habría sido agredido en primera instancia por golpes de puños y pies.

El hecho pudo haber quedado ahí. Sin embargo, según detalló el persecutor, el presunto homicida «con el fin de darle muerte a la víctima», concurrió a un local de calle Constitución donde compró un cuchillo tipo cocinero de 23 centímetros de hoja, «para luego, premunido de dicha arma salir en busca de la víctima».

Posteriormente a eso de las 12.40 horas, en la Intersección de calle Constitución con Avenida Ignacio Silva, «se abalanzó sobre la víctima Cesar Araya Díaz, intentando agredirlo en el tórax, sin conseguirlo, cayendo la víctima al suelo, procediendo el atacante a agredirlo en el suelo con el cuchillo en ambas piernas, causándole heridas cortantes penetrantes, en los muslos derecho e izquierdo, lo que le causó la muerte mientras eras trasladado al hospital local», indicó el persecutor.

Por los detalles que se relatan, la solicitud del Ministerio Público fue que se sancione como un homicidio calificado, con la circunstancia de premeditación en calidad de consumado.
Tras una larga audiencia que se extendió por más de tres horas, finalmente los medios volvieron a tener acceso para conocer la resolución respecto de las medidas cautelares. En la previa, lo más probable era que el individuo presunto autor del crimen pasara a prisión preventiva, lo que finalmente se decretó, por constituir un peligro para la seguridad de la sociedad. Se dieron 90 días de investigación.

Durante la resolución, a la que la prensa volvió a tener acceso, la jueza dio a conocer más detalles de lo que ocurrió el fatídico día, como el que el sujeto primero habría intentado asesinar al hijo del fallecido. Ocurre que después de la primera pelea, el venezolano se fue del lugar amenazando a los comerciantes, en compañía de su pareja que lo incitaba a que cometiera el ilícito, gritándolo a viva voz.

Fue en ese momento donde inició su periplo para conseguir el cuchillo. Primero pasó por una carnicería, donde solicitó prestado uno, pero el dueño no accedió, y luego se fue a un local chino donde sí encontró la que sería el arma homicida.

Una hora después, da con el hijo del fallecido, quien logró zafar, pero luego se fue encima del padre, a quien derribó y perpetró heridas tan graves que, aunque Cesar Díaz hubiese recibido una atención médica oportuna no hubiese sobrevivido. Esto, según el informe del Servicio Médico Legal.

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