En el penal de Huachalalume, en prisión preventiva tras su formalización de investigación en el Juzgado de Garantía de Coquimbo, por los delitos de porte ilegal de arma modificada, tenencia ilegal de arma de fuego, tenencia ilegal de munición y fabricación de armas hechizas, quedó Carlos Briceño, de 56 años, quien mantenía en su casa de la Parte Alta, cerca de 90 kilos de pólvora, armas de fogueo modificadas, un revólver hechizo, una granada activa y un cantidad aproximada de 600 proyectiles para armas largas y cortas de diferente calibre.
El Ministerio Público basó la formalización realizada ayer en el informe de la Sección de Investigación Policial, SIP, de Carabineros de la Segunda Comisaría, el que indica que Briceño fue denunciado el jueves por una mujer por haberla amenazado, iniciando por orden de la fiscalía las diligencias para dar con su paradero.
Es así que el viernes en la mañana la SIP ubicó en Peñuelas al imputado, efectuándole control de identidad el que permitió ubicarle un revólver fabricado por él mismo ya que tiene conocimientos de armería.
Posteriormente, Briceño informó a los funcionarios de la SIP que en su casa de calle Benavente tenía otras armas, entregando una autorización voluntaria para que los policías efectuaran un allanamiento el que permitió incautar el gran arsenal que poseía.
Como medida cautelar, durante los 90 días que durará la investigación, el Ministerio Público solicitó la prisión preventiva para Briceño, por considerar su libertad como un peligro para la sociedad y por la gravedad de la pena asignada a los delitos, medida que fue acogida y aplicada por el Tribunal.