Una moneda con la que jugaba, fue tragada por la pequeña Ainhoa Ruiz, de 1 año y medio de edad que estaba en su casa de Avenida Colo Colo de La Florida de La Serena, objeto que le causó una severa asfixia, situación que fue advertida por su padre Antonio Ruiz, que trató de brindarle los primeros auxilios.
Ruiz relató los angustiosos momentos que vivió en esos instantes hasta que recordó que dos motoristas de Carabineros estaban cerca de su casa.
«La niña se me ahogaba, intentamos hacerle la maniobra de Heimlich, pero no dio resultado, cuando íbamos a llamar a la ambulancia recordé que los carabineros estaban en la puerta de casa controlando los vehículos y decidí pedirle ayuda a ellos».
Con la pequeña en brazos que presentaba claros indicios de asfixia el padre llegó a pedir asistencia a los Cabos Primeros Lizardo Ángel y Cristian Araya que estaban fiscalizando al conductor particular Cristian Romero.
Al ver la gravedad de la niña los Cabos decidieron pedir ayuda a Romero para trasladarla al Centro de Salud Familiar de la Antena, petición a la que el conductor accedió. «Yo les dije inmediatamente que sí, en el trayecto la guagüita se iba casi muriendo, iba con un color moradito, lo único que yo quería era llegar rápido, pero gracias a la experiencia de los carabineros que pararon el tránsito e hicieron todo muy expedito llegamos muy rápido al consultorio» señaló con emoción Romero, al recordar el difícil instante.
Al llegar al Cesfam, los paramédicos atendieron a Ainhoa, que logró expulsar de sus vías respiratorias la moneda de 100 pesos que tenía en la laringe, por lo que pudo respirar con normalidad evitando mayores complicaciones.
La pequeña de forma posterior fue sometida a exámenes para comprobar que no tuviera consecuencias, análisis que salieron normales, por lo que la niña fue dada de alta.
Conocida la positiva recuperación de Ainhoa, el Cabo Ángel junto a Cristian Romero, la visitaron junto a su familia para saber cómo se encontraba.
En la feliz jornada los padres agradecieron nuevamente a los carabineros y a Romero por la gran ayuda que brindaron para poder salvar a su hija.
Tras tomar en brazos a la niña Romero, asegura que la vio totalmente recuperada en comparación al momento de la emergencia, incluso afirmó que le costó distinguirla de su hermano gemelo, por lo que está muy orgulloso de haber podido ayudarla.
Por su parte el Cabo Ángel reconoce que no es la primera vez que le toca vivir una situación con personas afectadas por problemas de salud, por lo que expresó gran alegría de poder colaborar como policía y servidor público en este tipo de casos.
«Para uno es una satisfacción porque uno no todos los días tiene la oportunidad de cooperarle a la gente en prácticamente salvar la vida de una bebé y eso es una gran satisfacción».