– El máximo tribunal del país oyó los alegatos de Juan Pablo Sanguinetti, abogado por el recurrente Cristóbal Díaz de Valdés; y Ezio Costa de Oceana. El proceso judicial continúa durante la jornada de este jueves.
Luego de varios meses de espera llegó el día para que la Corte Suprema escuchara los alegatos por el mediático proyecto Dominga, de la empresa Andes Iron. En la mañana de este miércoles comenzaron las defensas en la Tercera Sala de la Corte para discutir el fondo de los recursos de casación que fueron presentados luego que el Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta ordenara retrotraer el procedimiento de evaluación ambiental a la etapa posterior al informe consolidado de evaluación, estableciendo una nueva votación de parte de la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de Coquimbo.
El primero en disparar fue Juan Pablo Sanguinetti, abogado por el recurrente Cristóbal Díaz de Valdés, quien solicitó que se anule la sentencia definitiva pronunciada por el Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta y se dicte una sentencia de reemplazo.
Los argumentos que presentó ante los ministros fue que el Primer Tribunal de Antofagasta, de forma reiterada, ha tratado de excluir a los ciudadanos de la participación de la evaluación, no se consideran aspectos técnicos y da condición de vinculante a informes que por ley no lo son.
El abogado centró su alegato en que no se ha dado la debida consideración a ciertos aspectos técnicos que se traducen en la incompatibilidad de este proyecto, «los argumentos técnicos y ambientales dan cuenta que el titular no cumplió con requisitos necesarios para que su proyecto sea calificado favorablemente», señaló.
Sanguinetti, a la salida de su exposición en la Corte Suprema, planteó que «si el proyecto se vuelve a calificar en la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo podría darse el absurdo que en tres años por ejemplo nos encontremos en el mismo escenario de volver a la Corte a discutir los mismos aspectos técnicos».
Además, enfatizó en que es «totalmente absurdo» no zanjar los aspectos técnicos de este proyecto. Sin embargo, a su juicio, al retrotraer el proceso, el titular no puede incluir nuevos antecedentes al expediente de evaluación ambiental y solo le quedaría una opción política que el comité de ministros le ponga condición al funcionamiento del proyecto. «Esto no se hace cargo tampoco de los aspectos técnicos que han sido latamente conocidos en el procedimiento de evaluación ambiental», enfatizó.
Ezio Costa, abogado y director ejecutivo de FIMA, a la salida del tribunal señaló que «lo que se presentó frente a la Corte Suprema son recursos de casación para que revierta la decisión que tomó el Tribunal Ambiental de Antofagasta, en el sentido de que éste permitió la reevaluación del proyecto Dominga a pesar de que fue rechazado por el Comité de Ministros y la Comisión de Evaluación Ambiental por las falencias técnicas y ambientales que presentaba este proyecto».
«El fallo del Primer Tribunal Ambiental considera que hubo errores procesales que llevan a anular esas decisiones del Comité de Ministros y permite que se tome una decisión sobre el proyecto y lo que le estamos pidiendo a la Corte Suprema es que revise ese fallo y que vea como no existieron estos errores procesales en la tramitación de Dominga y por lo tanto el rechazo debe mantenerse» agregó.
Luego de la exposición de ambos abogados en la Corte Suprema, los alegatos se reanudarán durante la mañana de este jueves, desde las 08:30 horas, luego que el máximo tribunal del país suspendiera el proceso.
¿Qué postulan las partes?
Los opositores a Dominga afirman que debe mantenerse el rechazo porque, tanto la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo como el Comité de Ministros, detectaron las graves falencias del proyecto, otorgándole calificación desfavorable.
De acuerdo a la ciencia, el ecosistema del lugar es único y es incompatible con cualquier proyecto industrial de alto impacto. Existe consenso de que se trata de una zona muy rica en biodiversidad y que se debe proteger. De hecho, en 2010, el Presidente Sebastián Piñera, durante su primer periodo, detuvo la instalación de la central termoeléctrica a carbón Barrancones para conservar este ecosistema único.