Jenny Carolina Rodríguez Castañeda (47), habría sido chocada por un furgón mientras transitaba en una moto por la Ruta 5 a la altura del puente la Garza, en Coquimbo. Venía de vuelta de una noche de trabajo, ya que se desempeñaba como guardia en una disco en la Avenida del Mar. Los ocupantes del vehículo implicado llamaron a una grúa y arrancaron del sitio de los hechos, sin prestar atención a la víctima.
Carabineros detuvo al chofer luego que familiares de la «Tía Jenny» encontraran la casa donde se escondía, gracias al testimonio del trabajador de la máquina transportadora que los había llevado una hora antes hasta el sector de Punta Mira Norte.
Tenía seis hijos y siete nietos. «Se desvelaba por los suyos», era la frase que más se repetía ayer en la sede Los Pescadores de Guayacán, donde es velada hasta hoy domingo. Según la información oficial entregada hasta el cierre de esta edición, la mujer habría sido impactada a alta velocidad lo que hizo irremediable su fallecimiento instantáneo.
Se vio a la mañana siguiente el casco desparramado todavía por la calzada y algunos integrantes del círculo cercano, entre parientes y compañeros de labores, quienes no podían creer lo que estaban viendo, pues habían compartido recién no más una palabra con la fallecida.
Salía del turno de la discoteque Kamikaze, eran pasadas las 6 de la mañana cuando ocurrió la tragedia.
«Por instrucción de la fiscalía local de Coquimbo, se concurre con un equipo investigador hasta la Ruta 5 Norte, altura del kilómetro 463, próximo a calle Suecia, por un accidente de tránsito donde había participado una motocicleta con una mujer adulta fallecida en el lugar», señaló el teniente Mario Soto, de Carabineros de la Siat.
El oficial agregó que una vez llegada la patrulla a terreno, comenzaron a hacer diversas diligencias, como levantamiento de videograbaciones que lograron establecer la participación de otro móvil en la brutal colisión.
Y es que había evidencia a la vista, con una moto en muy mal estado y restos de plástico y mica por alrededores, que guiaron la hipótesis de que la señora Jenny no se había volcado y de que se trataba de un choque.
Soto además detalló que habrían logrado identificar el automóvil involucrado, luego de una recepción realizada en la central Senco de la institución policial, en la cual un vecino de la comuna puerto denunciaba la presencia de un grupo de personas en extrañas circunstancias, que habrían estado guardado un vehículo con serios daños en su parte frontal.
«Se traslada este equipo al lugar con los indicios que se levantaron del sitio de los hechos, donde se hace un cotejamiento de la estructuras, y se evidencian que también mantenían indicios de que eran producto de un impacto, como también transferencia de pintura de ambos vehículos. A la vez se comienzan a hacer una serie de entrevistas a testigos y acompañantes del vehículo, llegando en definitiva a la identificación del conductor del móvil y a su detención por parte de personal de esta unidad».
«ESTABA CANSADA»
Una decena de personas llegó hasta Guayacán para el velorio. En este mismo sector será cremada el lunes debido a que en vida manifestó su deseo de esparcir sus cenizas en la costa en caso de morir. Flores de agrupaciones de Rayuela y amigas de juntas de vecinos se hicieron presentes. Al igual que familiares que venían de Santiago y Arica. En la plaza mucha presencia de juventud, ese era un segmento el cual le tenía mucho cariño por su rol de guardia.
Tampoco fue casualidad el lugar de su despedida. Como buena coquimbana, criada en el barrio El Llano, era amante de los productos del mar. Fanática de ir a mariscar y nadar en Las Peñas.
Su alto desempeño en el trabajo se masificó en la conurbación, cuentan del mundo de las organizaciones de eventos masivos que estuvieron presentes ayer en el velorio. Le decían de cariño «tía Jenny», al ser la trabajadora con más edad del grupo.
En un rol siempre hostil como el ser guardia de una disco (ayer no más había sacado a un desordenado del recinto), fue recordada por su carisma y buen trato.
Su hija Aranza, de 23 años, cuenta a la REGIÓN que le gustaría que apareciera su madre de la nada, regañándola por cualquier cosa. «Aunque sea un reto cortito», dice entre lágrimas.
Solo bueno momentos al recordarla y, como es obvio, aún no asimila el mazazo que les cayó encima.
«Llamaron a mi hermana, que también trabaja de guardia, para avisar que mi mamá había tenido un accidente. Esta semana había hablado algo de que quería salir de la disco, me pidió una pastilla para el dolor de cuerpo, estaba cansada. De hecho ella iba en ese momento a su casa a dejar unas cosas, a ducharse para luego irse de nuevo a trabajar, tenía que sacar un turno en un condominio donde se desempeñaba».
GRÚA
Sin embargo, la hija entrega nuevos antecedentes con respecto a cómo habría sido la escalada de acontecimientos que terminaron en la detención de un joven en Punta Mira por el deceso de su madre.
«Mi hermano pilló al tipo, lo fueron a buscar a la casa. No fue como dicen las noticias. Cuando estábamos todos en el lugar, apareció un caballero, que era de una grúa, contando que él había ido a hacer la pega de buscar un furgón que había tenido un accidente, luego al darse cuenta que en el lugar donde los había recogido, más allá había un cuerpo, empezó a darse cuenta que coincidía con la gente que había ido a dejar».
El hombre juró no haberse dado cuenta de lo que había realizado, y para no quedar con cargo de conciencia, se dirigió hasta donde se encontraban los familiares de la víctima, quienes con el dato fueron a buscar a los presuntos responsables de la muerte de Rodríguez Castañeda.
CON CARÁCTER
Marco Quintún fue hasta ayer el jefe de «Jenny». Maquiseg Seguridad, donde la fallecida no solo era líder, sino que día a día cosechaba nuevas condecoraciones. Incluso fueron los colegas (guardias) quienes en una primera instancia avisaron sobre la tragedia.
Como es común, el equipo suele salir de madrugada y toparse con diversos accidentes. En ese contexto avisaron que uno de los suyos había partido antes que amaneciera.
«Ella fue una gran profesional, gran madre y tremenda abuela, siempre tenía la predisposición a trabajar en equipo, estaba por llegar su título de supervisora de seguridad, por eso iba ascender en la empresa, estaba como jefa de grupo, siempre quedaba a cargo, ponte tú, en el estadio estaba a cargo de una puerta con unos 20 guardias»
Su cargo titular era en el condominio Costa Coquimbo, de la calle Maipú, a donde tenía que dirigirse la mañana del sábado.
La empresa de seguridad pone traslado a sus trabajadores, no obstante muchos prefieren movilizarse de manera particular, como fue el caso de la querida Jenny Rodríguez.