Hasta 400 toneladas del producto han tenido que acopiar a orillas de la playa porteña, luego del fenómeno de marejadas que debería terminar este lunes, aseguraron desde la Gobernación Marítima.
Cada año, los algueros de Playa Changa esperan las marejadas. Y se preparan para este fenómeno, a veces inusual. Porque pese a lo peligroso que puede ser en la costa, especialmente para locales instalados en la orilla del mar, ellos son los más afortunados por la cantidad de algas que arroja el mar, muy superior a lo que bota en días normales.
Tanto así, que incluso este viernes el municipio de Coquimbo inició una limpieza para que los olores no hagan de las suyas.
¿A dónde se va? Al vertedero, ya que la mayor parte es alga que no sirve para un fin comercial, dijeron.
Jorge Olivares es presidente del sindicato Los Inseparables, y ha estado trabajando por días y largas horas, desde antes que salga el sol, para realizar su recolección, una de las principales actividades, y que viene de generación en generación, como explica.
Preparados
Estas marejadas iniciaron hace una semana y deberían terminar el lunes, según indicó la Gobernación Marítima, «pero nos hemos preparado desde siempre y sabemos cómo enfrentar este mal tiempo. Nosotros esperamos una braveza, una correntada, como le llamamos a las marejadas», cuenta Olivares, parte de la segunda generación de algueros de su familia. Tiene 60 años, «y mis hijos han sacado sus estudios gracias a esto», agrega.
Sí reconoce que este fenómeno climático lo esperaban para antes de la Pascua, «porque la gente trata de juntar unas luquitas y aprovecha de trabajar para pasar mejor las fiestas, y si bien no llegó para esa fecha, bienvenido sea…».
Lo que recolectan normalmente, con una correntada normal, son entre 60 y 70 toneladas en dos o tres días, según el tiempo, «pero estas son más fuertes y botan más algas, por eso que en este momento estamos prácticamente atochados, no tenemos espacio para atender, no hemos podido hacer el trabajo…».
Para ellos el mayor problema ha sido clima, por cuanto lo días han estado frescos, «y no nos ha ayudado con el secado, que con el sol demora máximo dos días. Pero ahora, con las mañanas con mucha llovizna, hemos demorado hasta cuatro días para que se puedan secar».
Cosas que afectan
Para muchos es un trabajo poco valorado. No tienen un sueldo seguro y lo hacen de manera independiente, «como todos los pescadores artesanales». Y pese a que en 2023 fueron reconocidos oficialmente como Patrimonio Cultural de Chile, «nos sentimos pasado a llevar, porque las autoridades en este momento no se hacen presentes», se lamenta.
Dice que debería estar funcionando Sarnapesca para poner orden y fiscalizando, también la Gobernación Marítima y Paz Ciudadana, «porque en este terreno igual se maneja plata y está el peligro de que nos puedan asaltar. Pero hay muchas cosas que nos afectan…».
Para algunos, la alta proliferación de algas que existen en el borde costero se ha tornado un verdadero problema, sin embargo, para ellos la recolección de esta especie es su fuente de trabajo.
«Entendemos que la gente también quiere venir a turistear, poner su toallita y descansar, y ver a los algueros que ocupan un espacio es incómodo, y por eso nos levantamos a las cinco de la mañana para sacar esta alga, aunque tampoco tenemos la capacidad para retirar toda esa cantidad, ya que han salido cerca de 400 toneladas».