Felices están los coquimbanos con las obras a cargo de la constructora Guillermo Loayza que construye el paseo peatonal del centro del puerto, pues se incluye instalar, a metros del Empalme, rieles decorativos en recuerdo de la antigua vía férrea que permitía a los trenes circular por el corazón de la ciudad, desde fines de 1800 hasta mediados del siglo pasado.
A don Régulo Torres, jubilado del sector Barrio Inglés, esto le trae recuerdos de juventud, «las locomotoras y los convoyes transportando a los porteños»…
«Esto está muy bien, porque yo y muchos coquimbanos antiguos recordamos con cariño al tren que pasaba por Aldunate. Encuentro excelente que instalen los rieles en homenaje al tren en este paseo».
Torres también aportó la idea de hacer más difusión del otrora trazado férreo céntrico. «Con esto los nietos de uno van a saber que por el centro pasaba un tren, pero lo otro es que acá en el Empalme desde hace mucho tiempo debería haber una placa grande que cuente la historia de los ferrocarriles de acá».
El vecino de la población San Juan, Luis Aracena, espera que el Empalme cuente con alguna exposición permanente de la historia ferrocarrilera de Coquimbo. «Acá mismo en Aldunate con Henríquez había un cruce ferroviario grande (el Empalme) que funcionó en años idos, el que permitía hacer el cambio a las locomotoras que iban a Ovalle y para el Valle de Elqui, y lo bueno es que ahora los jóvenes van a tener una idea de cómo era antes Coquimbo».
Hizo ver que falta mayor información precisamente de la importancia que tuvo el Empalme. «Como se está remodelando, en todo el centro hacen falta algunas cosas, como poner más información de la historia del Empalme ahí mismo, y ojalá consideren en el nuevo paseo poner baños para la gente o unas piletas para tomar agua, y ojalá que lo incluyan antes que lo terminen, porque parece que falta poco».
Para el presidente del sindicato de comerciantes de carros del centro, e hijo de un ex funcionario de Ferrocarriles del Estado, Norman Marín, la instalación de los rieles debería ser complementada con un proyecto integral que realce al Empalme y que permita a la nuevas generaciones tener una acceso fácil y constante a la historia del tren en la comuna y en el área central.
«Mi padre trabajaba en las máquinas que pasaban por acá. Hacían el cambio en el Empalme, y al frente, en la antigua tienda la Competidora, trabajaba mi madre, así se conocieron y se casaron…, me emociona mucho esta idea de instalar rieles en recuerdo, porque es parte de la historia de mi familia también. Yo pienso que se podría hacer como un museo abierto desde ahora, trayendo una locomotora para instalarla al lado, y así atraeríamos a muchos turistas que pueden ser hijos o nietos de ferroviarios que estarían orgullosos de sacarse una foto con una locomotora o un coche salón».
El dirigente ya tomó contacto con una concejal para ver cómo concretar la iniciativa, que también podría homenajear a la insigne poetisa Gabriela Mistral, que vivió en La Cantera en su etapa como docente, aportando un dato de su biografía y de su trabajo literario, que es poco conocido, «Acá mismo trabajó como empleado de Ferrocarriles de Coquimbo, Romelio Ureta, el primer novio de Gabriela Mistral, que se suicidó y que está sepultado en nuestra ciudad, entonces, qué lindo sería poner una boletería en el Empalme con alguna foto de Ureta dentro, y con un reseña que diga quien fue él, y lo otro que habría que destacar es que tras la muerte de su novio, la gran poetisa y premio Nobel, se inspiró en su deceso y en la playa Changa para crear su gran obra «Los Sonetos de La Muerte», entonces me comunique con la concejala Roseta Paris para ver que el municipio ojalá aproveche el impulso de la instalación de los rieles para crear este proyecto, que no solo lo anhelo yo, sino que todos los coquimbanos».